ESE REMANSO

Los que llegan a una nueva unión de la mano de una experiencia previa, muchas veces arriban con algunos dolores, más allá de las causas.

Los católicos sumamos a ese dolor por el pasado un sufrimiento por el futuro y es que pasamos a engrosar el ejército de las situaciones irregulares, una denominación muy elaborada para definir, una realidad creciente por toda la geografía de nuestro querido planeta.

Nuestra nueva unión nos depara alegrías, renovación de sueños, y un apasionante volver a empezar, con todos los condicionantes de una vida en común, con los míos, los tuyos y los nuestros, situación que no siempre es fácil de conciliar.

A quienes tienen la desdicha de sufrir el SAP (síndrome de alienación parental) se les debe sumar, el SAD (Síndrome de Alienación Divorcial, no lo busquen en Internet ya que no lo encontrarán) que consiste en los terribles dolencias del corazón provocadas por la imposibilidad de acceder a los sacramentos, tema sobre el que en el futuro espero tener más cosas para decirles.

Muchas veces se da la situación que nuestra pareja (la definición no es catedrática, pero acéptenla, por favor) no ha pasado antes por el altar y en ese caso ¡¡¡ BINGO !!!, la hacemos completa.

A lo largo de muchos años y luego de pasar por diferentes experiencias movimientistas he conocido varias parejas en esa situación y a no dudar que los sufrimientos se potencian.

El precio que se paga por haber decidido pasar el resto de la vida con alguien que viene de una experiencia previa y por eso, sólo por eso, dejar de poder recibir a Dios Sacramentado, es una experiencia alucinante, no del todo satisfactoria.

En definitiva cuando uno forma una nueva familia, lo hace con toda la ilusión y sin pretender por ello recibir el premio Nobel, aunque convengamos que el peaje que debemos pagar “sine die” es lacerante.

Obviamente sin la fe de por medio, este problema no existe, como tampoco existe si llevamos una vida casta y pura dentro de la misma unión irregular.

Este tema da para mucho, basta buscar en Internet, católicos divorciados en nueva unión o cualquier otra definición para ver el tratamiento que se le da y la cantidad enorme de dichos, contradichos, propuestas y ratificaciones girando siempre respecto a lo mismo.

Quizás algún día las cosas cambien, cuanto menos algún sector deje de vernos como simples trasgresores que pretendemos escandalizar con nuestras aspiraciones.

Anoche fuimos a un concierto organizado por la Generalitat Valenciana, acompañados por nuestra hija, fruto de nuestra situación irregular, la cual fue bautizada en forma regular, que bendice regularmente la mesa y con la misma regularidad viene a misa con nosotros cada domingo y fiesta de guardar y que a partir de Septiembre asistirá regularmente a su catecismo.

Allí, entre otros cantó Gloria Estefan y una de sus canciones que es bastante vieja, pero no por eso menos agradable, plantea muchas cosas que creo que todos vivimos y que algunos buscamos y que seguramente con mayor o menor trabajo todos encontramos.

En una de sus canciones, decía:

Sólo quiero la mano que se tiende en el quebranto,
ser un poco ese remanso donde muere el desengaño.

Asi es nuestra vida, no pretendemos mucho más, casi seguro a la mayoría le alcanzaría con encontrar ese remanso, para eso también nació La Barca.

Espero que les guste.