Desde Viledecans, Baix Llobregat, Barcelona (ESP) Mercé, del blog El Mosquito y el Camello, nos manda este regalo escrito en su idioma, el catalán, pero no conforme con su gentileza, ha tenido la gentileza de también enviarnos la traducción.
En castellano, casi único idioma que dominamos, le damos nuestro más sentido agradecimiento, no sin dejar de destacar que su blog ha sido de los primeros que nos han acompañado en nuestro rodar, y que obviamente es una alegría inmensa que se haya acordado de nosotros, como ya lo ha hecho en otras varias oportunidades.
El título original del post que nos han regalado es FAMILIES, y no desesperen si no entienden nada de lo que dice a continuación, al final está la traducción.
Els amics de La Barca ens conviden a celebrar avui el dia dels "divorciats catòlics en nova unió".
No sé si jo ho formularia així. Però crec que val la pena d'afegir-s'hi.
Jo ho veig com una celebració de l'acollida de l'Església (L'Església universal, no només la jerarquia eclesiàstica) a les famílies, a les noves i a les velles en totes les seves formes culturals i històriques, que són molt diverses. I dic l'Església, perquè estic ben segura que el Pare ja les acull des de sempre.
Acollida que és benvinguda i encoratjament a prendre part en tot allò que ens configura com a comunitat i en tot allò que ens ajuda a estimar la gent, no només la parella, ni només els fills, sinó tothom.
Benvinguts, benvingudes:
- les parelles de tota la vida
- les parelles de fet
- les parelles mixtes (entre cristians i no cristians)
- les parelles separades i divorciades, i tornades (o no) a unir
- les parelles homosexuals, amb o sense fills
- els vidus i vídues
- els solters i solteres
- les comunitats religioses o de qualsevol mena
- els nens que no tenen família
- les famílies monoparentals
- els cèlibes per opció
I especialment la gent que pateix per la família: les persones en procés de separació o de divorci no desitjat, les persones que pateixen la infidelitat del seu company o companya, les parelles en conflicte, les persones que voldrien una parella estable i no en troben, les persones enamorades sense possibilitats de tirar endavant la relació; les persones maltractades i les maltractadores...; les persones que se senten rebutjades per la seva malaltia o les seves circumstàncies o el seu aspecte..
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Les persones que se senten soles o abandonades per la família, les persones que s'esforcen per acceptar els membres difícils de casa, els infants maltractats o tractats amb negligència...
Les famílies separades per lleis d'estrangeria, per l'exili... Les famílies que veuen morir els seus fills per la fam o per la guerra o que no poden atendre les seves malalties.
Jo crec que Déu ens crida a estimar els altres per damunt de tot. Amb sinceritat. I això nosaltres no estem en condicions de jutjar si els altres ho fan o no (ni en necessitat, francament). Per això penso que tots, totes, tenim un lloc a l'Eucaristia si volem ser-hi. I crec que val la pena celebrar-ho.
Mercè Solé
A continuación el mail que recibimos
Hola,
Felicidades.
¿Hoy es el día, no?
He puesto en nuestro blog (http://mosquiticamell.blogspot.com) un escrito a vuestra (nuestra) salud, que os envío traducido.
Lo he escrito pensando que es una pena que la institución eclesial piense en la familia como en un modelo estático a través de los siglos, cuando en la realidad es una institución muy dinámica, que ha ido adoptando diversas formas.
Que nunca es perfecta y siempre resulta mejorable.
Que a veces es machista, otras olvida a los mayores, otras prescinde de los niños e incluso se cierra a su nacimiento.
Que a veces es sectaria y otras generosa
Como nosotros, vaya y como tantas otras instituciones digamos "antropológicas".
Pero el amor de Dios las va purificando todas.
¡Un abrazo!
Mercè
Este es el post traducido
Los amigos de La Barca nos invitan a celebrar hoy el día de los “divorciados católicos en nueva unión”.
Yo no sé si lo formularía de este modo. Pero creo que vale la pena adherirse a él. Lo vivo como una celebración de acogida de la Iglesia (la Iglesia universal, no solamente la jerarquía eclesiástica) a las familias, a las nuevas y a las viejas en todas sus formas culturales e históricas, que son muy diversas. Y digo la Iglesia, porque estoy segura que el Padre ya las acoge desde siempre.
Acogida que es bienvenida e invitación a tomar parte en todo lo que nos configura como comunidad y en todo lo que nos ayuda a amar a la gente, no sólo a la pareja ni sólo a los hijos, sino a todo el mundo.
Bienvenidos, bienvenidas:
- Las parejas de toda la vida
- Las parejas de hecho
- Las parejas mixtas (entre cristianos y no cristianos)
- Las parejas separadas y divorciadas, y vueltas (o no) a unir
- Las parejas homosexuales, con o sin hijos
- Los viudos y las viudas
- Los solteros y solteras
- Las comunidades religiosas o de cualquier tipo
- Los niños que no tienen familia
- Las familias monoparentales
- Los célibes por opción...
Y especialmente la gente que sufre por la familia: las personas en proceso de separación o de divorcio no deseado, las que sufren la infidelidad de su compañero o compañera, las parejas en conflicto, las personas que quisieran una pareja estable y no la encuentran, las personas enamoradas sin posibilidades de sacar adelante la relación; las personas maltratadas y las maltratadoras...; las personas que se sienten rechazadas por su enfermedad o sus circunstancias o su aspecto...
Las personas que se sienten solas o abandonadas por la familia, las que se esfuerzan por aceptar a los miembros difíciles de casa, los niños maltratados o tratados con negligencia
Las familias separadas por leyes de extranjería, por el exilio, por circunstancias económicas... Las familias que ven morir a sus hijos por el hambre o por la guerra o que no pueden atenderlas en sus enfermedades...
Creo que Dios nos llama a amar a los demás por encima de todo.
Con sinceridad.
Y nosotros no estamos en condiciones de juzgar si los demás lo hacen o no (ni en necesidad de hacerlo, francamente).
Por esto pienso que todos, todas, tenemos un lugar en la Eucaristía si lo queremos.
Y creo que vale la pena celebrarlo.
Le escribo por este medio, sin complejos ni pre conceptos pueriles, con la casi plena seguridad que Usted nunca llegará a enterarse del contenido de la presente, salvo que algún piadoso villenense, estudiante de doctorado, o algún otro visitante ocasional de la Santa Sede se la haga llegar, pero como decía un Santo nacido en Barbastro (Huelva): “Haz lo que debas, a...unque debas lo que hagas” y a eso vamos.
Me tomo el atrevimiento de dirigirme a Usted desde las antípodas del pensamiento (futbolísticamente hablando, obvio, aunque estemos en la B Nacional, Huracán, existe) tal como lo hice hace más de 10 años y en ese momento para mi sorpresa tuve una respuesta elocuente, nada de palabras huecas, nada de dilaciones estériles, actos concretos, hechos reales.
Bastó una Audiencia casi inmediata con el Obispo Auxiliar a cargo de la Pastoral Familiar en la Redonda de Belgrano y si no hubiera sido por mi cruzada del charco, seguramente desde varios años esa idea hubiera tomado cuerpo, hubiera visto la luz y, quizás, hoy muchos nos sentiríamos partícipes de un muy interesante ámbito de reflexión y contención.
Como no le di las gracias en su momento, tarde pero seguro, aprovecho la oportunidad para hacerlo. Nobleza obliga.
También le escribo desde el conocimiento, casi en primera persona, de sus apoyos a un hermoso y colorido movimiento, nacido en Palma de Mallorca y difundido en todo el mundo, con relación a una apertura muy acorde a los tiempos, aunque por razones estatutarias (obviamente modificables) no hayan considerado posibles sus sugerencias, ha sido otra verdadera lástima.
Se podría haber brindado contención y felicidad a muchos, pero las cosas son como son y quizás en el futuro la apertura, el aggiornamiento y la comprensión sean elementos que algunos puedan tener en cuenta y seguramente contarán con el respaldo de quienes corresponda.
Imagino, sin demasiada inteligencia, que el camino que deberá recorrer será cualquier cosa menos fácil, que como dice San Lucas en su capítulo 10, "la mies es mucha y los obreros pocos", al menos los que estén realmente dispuestos a poner cada cosa en su lugar, pero al aceptar la decisión del Cónclave eso ya lo sabía, así que ahora sólo resta hacer y confiar en la Divina Providencia.
Su estilo claro, cercano, agradable será un buen elemento para "caminar, edificar y confesar" como magistralmente nos ha señalado el derrotero y es dable creer que por esa huella será un desafío alucinante caminar, sin necesidad de demasiadas cosas extras.
Los temas siempre pendientes son muchos, todos importantes y según con quien uno hable o que periódico lea parece que todos necesitan una respuesta inmediata, ejemplarizante en algunos casos y de estricta justicia en otros, pero realmente cada cosa deberá esperar su turno y esa Iglesia a la medida de cada uno, esa Iglesia que reivindique al Evangelio según San Yo, esa Iglesia inmediatista del Llame Ya, es una Iglesia que no existe y que seguramente no existirá, así que no se preocupe, mientras tanto ladrarán y esa será la señal inequívoca que cabalgamos.
A pesar de todo me atreveré a llamar su atención en un tema que a varios, diseminados por todo el mundo, nos ha tocado la lamentable situación de romper nuestros matrimonios y en algunos casos la bendición de tener una nueva posibilidad y hemos encontrado en la Exhortación Apostólica Familiris Consortio una luz de esperanza, aunque luego de más 30 años de esa hermosa Encíclica de SS Juan Pablo II, quizás algo más se pueda hacer, tal como se ha planteado en varios Sínodos.
El acceso a los Sacramentos es pan de vida y bebida de salvación y aunque cueste creerlo, son muchos los famélicos que verían con sumo agrado que de una manera concreta se los tuviera en cuenta y para eso contamos con Usted, con su comprensión, con su cordialidad, con su buen hacer y recordando a San Mateo (7.7) resuena en los oídos, en el cerebro y en los corazones aquello de:”Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá” y esto renueva la ilusión y esperanza, esa segunda virtud teologal que algunas veces el ajetreo de lo cotidiano nos hace olvidar.
La Comunión Espiritual es reconfortante, es un paliativo hermoso, es un acto de cercanía que hace vibrar el cerebro y que acelera las pulsaciones, pero convengamos que no es lo mismo ni mucho menos y de eso pueden dar testimonio elocuente quienes a lo largo de los años se quedan de rodillas en los reclinatorios, con rostros compungidos y dolor en el corazón.
Sabemos que el camino será largo, que los obstáculos se multiplicarán a cada paso, que entre las urgencias de unos y la laxitud de otros algunas cosas se podrán complicar, pero también sabemos que si bien no hay rosas sin espinas, quizás algún día podamos decir que no hay espinas sin rosas.
Me despido con la inconmensurable convicción que: Cristo, cuenta contigo y nosotros con su Gracia.
Dios guarde a Su Santidad
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