Los que estamos en La Barca podemos darnos pocos lujos, uno de ellos es hablar sin complejos y de ese modo respondemos a un mail que hemos recibido.
Estimado Jerónimo:
Te agradezco enormemente el tiempo que has empleado
en tu comentario, seguramente restándoselo a otras ocupaciones mucho más
promisorias y positivas de tu propia vida y en atención a ello es procederemos
a contestarte, no sin antes aclararte que la simple decisión de dar o no
respuesta fue motivo de un muy interesante debate.
Como la decisión fue hacerlo, pasamos a decir,
tomando como base tu comentario, para que la lectura no deba remitir a leer tus
palabras y las nuestras en Post diferentes.:
Mundy:
Encontré tu mensaje y mail en un
blog.
Nos alegramos, eso habla de tu preocupación por el tema, ya que nunca
insertamos nada en páginas deportivas ni de la prensa rosa y aparte es un
aliciente fenomenal ya que nos hace pensar que el medio elegido para la
difusión y el esfuerzo que conlleva, continúa dando frutos.
Atendiendo a la caridad cristiana, y
aun considerando que debes haberte informado muy bien sobre tu situación
"irregular" -como la llamás-, quisiera decirte unas palabras.
Tu consideración es por demás de adecuada, aunque nos resta mucha información
y aún más conocimiento
, podemos asegurarte que estamos absolutamente imbuidos
de la problemática, de su tratamiento, de la opinión de los participantes en
los Sínodos de Obispos y de la situación particular en varios de los 65 países
que actualmente constituyen el conglomero de visitas que nos regalan su
presencia habitual en La Barca
Ante todo, comprendo tu situación,
más allá de que no conozco tu historia personal. Lo que no comprendo es que
siendo católico/a, no te alarmes ante la situación que vivís -calificada con el
eufemismo de "irregular"-,
Vamos paso a paso: La elevación de la calificación de “irregular” a la categoría
de eufemismo es un concepto que atentamente sugerimos revisar, ya que el mismo
no surge de nuestra prosa, sino de la Familiris Consortio, esa Encíclica Apostólica
que lo tuvo a Juan Pablo II como protagonista especialísimo y a Joseph Ratzinger
como redactor en jefe y que dicho sea de paso, después de más de 30 años no estará
nada mal que se la revise y quizás la III Asamblea General del Sínodo de
Obispos del próximo año, algo tenga que decir al respecto.
Si el termino no es de tu agrado las quejas debieras
dirigirlas a la Santa Sede y pedir que se la cambie, salvo que la teoría de
matar al cartero (por lo que dice la carta) sea la nueva metodología para el
debate de estos temas.
y que además pretendas promover esa
situación irregular, pretendiendo además forzarla a transformarla en regular.
En este sentido las quejas deberían ser giradas otra vez a la santa
Sede, ya que quien considera que la problemática de los divorciados en nueva unión
es un tema a revisar y por eso y por algunas otras cosas llama a los obispos de
todo el mundo a buscar soluciones es el propio Papa.
Este planteo de Francisco, compartido con muchos más cardenales y
obispos de todo el mundo es absolutamente legítimo, nosotros lo apoyamos con la
misma fuerza, con la misma convicción y con la misma vehemencia que nos
sometemos al Fuero Externo, y por eso hacemos de la Comunión Espiritual nuestro
alimento y porque no decirlo, hasta estoicamente soportamos la discriminación o
los intentos de ella, que aunque se nieguen o no se digan siguen sucediendo en
colegios, parroquias y movimientos eclesiales, por citar solo algunos ejemplos.
Supongo que no soy el primero y no
seré el último en decirte esto. Pero estar divorciado, status que a la Iglesia
no le incumbe porque la Ley de Dios no lo contempla, y encima vuelto a juntar
con otra persona, hace que el centro de tu vida sea pecado.
El concepto “juntar” tiene un tinte un poco despectivo, peyorativo, descalificador y
de escaso buen gusto, suena a apareamiento, una calificación reservada más para
el reino animal que para los seres humanos y lo que en realidad revela es un
posicionamiento discriminador y carente de toda misericordia.
De todos modos lo
asumimos con hidalguía ya que si algo seguimos esperando es que la aceptación de la
realidad sea una moneda corriente y no un simple ejercicio de utópica humanidad.
Considerar que somos pecadocéntricos es un hallazgo, el cual debe estar inserto en escritos medievales o de la mismísima Inquisición, pero para más inri te
comentamos que el ser divorciado en nueva unión o vuelto a casar no constituye "per se" una actitud pecaminosa, al menos así lo entendieron los padres sinodales
y se mantiene hasta el presente, pero así lo fuera y la Iglesia y la salvación estuviera
reservada exclusivamente para los perfectos estaríamos ante un problema
bastante serio.
Tan serio que habría que hacer un casting para elegir al futuro
papa, ya que el que te tenemos no sólo se asume como pecador sino que públicamente
manifiesta confesarse cada 15 días, y aunque reconocemos que a no a todos les gusta
Francisco, todavía no tenemos noticias que nadie haya pedido formal y públicamente
que se vuelva a Buenos Aires, para dedicarse a ver a San Lorenzo y a tomar mate
leyendo a Patoruzú
Y esto va más allá de si tenías
problemas con tu esposo/a, si tenés emociones o estás enamorado de otra
persona... puesto que cuando te casás no te preguntan si estás enamorado de tu
futuro esposo/a, sino si te querés casar con él o ella.
Algunos/as se casan por Iglesia por razones que poco tienen que ver con
la elevación a Sacramento y si las charlas o cursillos prematrimoniales fueran
lo exhaustivos que debieran ser para evitar fracasos posteriores, la crisis de
los modistos de vestidos de novia sería fenomenal, aparte si quienes llegan
al matrimonio (sacramental) debieran hacerlo guardando los mandamientos (TODOS)
seguramente habría menos bodas que colegiaciones de astronautas, con lo cual ya
va siendo tiempo que hablemos con propiedad y sin condenar anticipadamente a
nadie.
Aquí no se trata de aceptar lo inaceptable ni de dar barra libre para
todo, pero si se trata de adecuar las cosas, léase consideraciones de los
Tribunales Eclesiásticos, para que se atiendan todos los casos por igual y a
igualdad de casos le corresponda igualdad de tratamiento y obviamente de sentencia.
De cualquier forma, aunque tengas
problemas de diversa índole, nada de eso justificaría que separándote por la
ley civil, te unas a otra persona.
Con todo respeto: ¿eso quien lo dice? ¿En qué tratado psicológico, filosófico,
político o sociológico está?
El ser humano es libre de tener emociones, afectos, sentimientos,
necesidades, sueños, etc., salvo que marchemos a una sociedad distinta,
direccionada, robotizada, en la cual una fuerza superior nos diga que podemos y
que debemos, donde el libre albedrío y la capacidad de razonar sean un triste
recuerdo del pasado, si a esa sociedad marchamos entonces paren el tren,
nosotros nos bajamos.
Por eso creo errado instaurar un
"día" de las personas que están en tu situación, como si fuera algo
digno de festejar. "Día Mundial de los Adúlteros", sin eufemismos.
"Día Mundial de los Blasfemos, de los Ladrones, de los Apóstatas"
podría también ser.
De un buen comienzo se nota que el trascurrir del tecleo va dejando paso
a una posición cada vez menos conciliadora para llegar a la descalificación, al agravio,
al insulto innecesario, arena a la cual nosotros no descendemos.
Ya tenemos varios
días de experiencias en provocaciones, esa técnica que a muchos les da
resultado y que muchos otros entran en el juego, siendo funcionales con sus
actitudes, con nosotros no va, si de algo sabemos, y mucho, es de esto.
Desde La Barca promovemos desde hace varios años el 1º Domingo de Mayo
como el Día Internacional de los Católicos Divorciados en Nueva Unión y le pese a quien le pese, se vive en 65 países del mundo desde donde nos
llegan testimonios y nos preguntamos ¿Qué tiene de malo celebrarlo asistiendo a
misa con nuestras familias, rezando el Padre Nuestro tomados de la mano y
acompañando con lágrimas el camino de nuestros hijos a recibir la Eucaristía?
Las calificaciones de adúlteros, blasfemos, ladrones, apóstatas
constituyen un agravio gratuito, un insulto sin sentido, que sólo causa gracia
y nos impone incluir en nuestras oraciones a quienes puedan aplaudir semejante despropósito.
Ya rezamos por nuestros seres queridos, por nuestros difuntos, por la Iglesia, por el Papa, por la paz, por los pobres y también por quienes les gustaría vernos colgados de un gancho para pagar por nuestros pecados, pero que nadie se ofenda si a todos no les damos la misma importancia
¿Te has preguntado si a Dios le
satisface tu actitud? Si sabés que Dios te exige que no cometas adulterio, ¿por
qué, viviendo así, encima querés promover ese estilo de vida rechazado por la
Iglesia, y encima pretendés que tenga aceptación?
Aquí no se trata de actitudes personales o aisladas, no pretendemos
promover ningún estilo de vida, no somos ni vegetarianos, ni antropófagos, ni
hippies ni nada distinto, nuestra problemática es nuestra y si no somos
nosotros quienes peticionamos ¿Quién lo hará por nosotros? ¿Los que hacen
donaciones a la Iglesia con dinero de origen inconfesable? ¿Los que
discriminan? ¿Los atrapados en el tiempo? ¿Los que la van de puros por la vida,
haciendo del fariseísmo su ley y su credo? ¿Los que se rasgan las vestiduras con nuestra problemática y les regalan más bombones a sus secretarias que a sus propias
esposas? ¿Las que aceptan los bombones?
Por favor, ya está bien, el siglo XXI nos tiene como protagonistas, si tenemos que
comer vidrios lo seguiremos comiendo, pero no hace falta que encima digamos que
rico, muchas gracias y que hasta de rodillas pidamos más.
Ya sufrimos bastante con nuestras propias situaciones como para aguantar
que se nos pretenda humillar, asi que los que esperen eso realmente están
viendo otra película:
También encontré alguna vez un blog
de un católico al parecer muy conservador, pero que promovía las relaciones
homosexuales y hacía propaganda del tema, aun posteando cosas muy religiosas,
en comunión con el Papa, etc. Francamente, no lo entiendo.
Si de lo que algo sabemos es ser cautos para emitir opiniones, de lo que
no conocemos directamente no opinamos y ese es el caso del Post al que no
hemos tenido acceso.
Ahora si la idea es que nos manifestemos sobre lo que supuestamente dice
ese Post y de allí sacar conclusiones extrapolables, el camino no es el
adecuado, eso también lo tenemos claro, decimos lo que queremos, no lo quieren
que digamos, al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios.
Si no tenés ganas de responderme, no
importa. La caridad y el amor que tengo hacia todos mis hermanos cristianos es
suficiente para que le haya dedicado unos minutos a este mail.
Como veras, acordando o sin ello no dudamos en contestar.
Lo importante es que sepas a
cociencia que estás yendo en contra de la voluntad de Dios; si los hombres con
sus leyes afirman que pueden disolver el matrimonio, aceptan que puedas volver
a "casarte", que vivas en pecado, etc., eso no hará que Dios
"cambie" su Ley.
Quizás puedas acallar la voz de la
consciencia, pero en el fondo vas a saber que hacés las cosas mal. Y lo que se
hace mal -más aún viviendo en pecado mortal- se paga...
Esta letanía amenazante, inquisidora y condenatoria del final aunque no
la compartimos, igualmente la agradecemos, quizás las cosas cambien y algún día
se entienda que los sanos no necesitan médicos ni remedios y los que sí los necesitamos
somos los que tenemos alguna dolencia, provocada o merecida, pero aceptada.
Para el Juicio final estaremos delante de quien corresponda, a pesar que para
algunos que se creen que son la reencarnación de Jesús en la tierra, supongan que tienen el derecho de convertirse en jueces de los demás.
Antes de emitir señales proféticas e iluminadas no estaría del todo mal
que cada uno hiciera un fortísimo examen de conciencia y reviera la película de
su propia vida, no sea cosa que algunos que gritan verdades a voz en cuello
enmudecieran a perpetuidad.
Bueno, saludos en Cristo, espero que
entiendas que este mail va con mucha caridad y deseando que puedas volver a la
vida de la Gracia para llegar a la santidad.
No dudo de tus buenas y caritativas intenciones, aunque no siempre lo
que uno supone decir lo dice y en otros casos el interlocutor no lo entiende,
pero a modo de breve síntesis de caridad, de buenos deseos que podamos llegar a
la vida de gracia y a la salvación, en homenaje a la honestidad: de eso, nada
de nada, más bien todo lo contrario.
De todos modos y como muestra de nuestra amplitud de criterios no
podemos dejar pasar la oportunidad de invitarte a la 1º Peregrinación Mundial de Católicos Divorciados en Nueva unión que realizaremos el 5 de Octubre de 2014,
para rogar que el Espíritu Santo llene el corazón de todos nuestros Obispos y
encienda en ellos el fuego de su amor, para que en la III Asamblea General actúan
igualmente de iluminados que cuando en el Cónclave pasado eligieron al Cardenal
Bergoglio como nuevo papa.
En la Via della Conciliazione nos encontraremos, los que vengan del 1º
mundo, los que lleguen del tercer mundo y los que acudan del mismísimo fin del
mundo, tierra de Francisco.
Allí estaremos, allí te esperamos.
La respuesta es tan dura como realista, así debe ser.
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