En la ciudad de Buenos Aires (ARG) hacia fines del 2000, circulaba un periódico gratuito, que era pequeño, que se llamaba Diario De Bolsillo, fue allí donde comenzamos a publicar algunas ideas referidas a nuestro tema.
Por un lado el dolor del fracaso pasado y por el otro la incomprensión, cuando no discriminación, en el ámbito religioso.
A veces da la sensación que algunos o son más papistas que el Papa o directa y lamentablemente no han tomado debido conocimiento de las precisas instrucciones emanadas de la sabiduría y misericordia de S.S. Juan Pablo II.
Los divorciados en nueva unión tenemos un lugar en la Iglesia en virtud de nuestro bautismo, y sólo el ejercicio de ese derecho podrá terminar algún día –quizás- con tanta marginación, fariseismo e impiadiosidad que parece haber teñido a muchos que se autotitulan “hermanos”.
En consecuencia, resulta imprescindible la puesta en marcha de una Pastoral, que contenga y estimule de modo concreto y efectivo a la perseverancia en el camino hacia la Salvación, a pesar de la situación irregular en la que vivimos.
Continuidad, misericordia, comprensión y conocimiento de las enseñanzas del Sumo Pontífice deben ser elementos insoslayables de esa Pastoral.
Si esta problemática la sentís como propia o conoces a quien lo afecte, no estaría de más que nos comunicáramos.
Comentario:
Para que fuera actual, alcanzaría con cambiarle la fecha y poco más, ya que todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar..., como hermosamente dicen Serrat y Sabina.