No es importante como ni cuando nos hayas descubierto ni siquiera la razón de tu visita, lo importante es que te sientas identificado, contenido, cobijado misericordiosamente y que vuelvas.
Quizás llegaste a este blog por casualidad, porque alguien te lo recomendó, quizás porque leíste algún comentario nuestro apareció en tu sitio de visita habitual o en algún buscador de internet, o de cualquier otra forma, pero en realidad no importa.
Llegaste hasta aquí por lo que se sea, pero no te quedes en la puerta, puedes pasar, mirar todo lo que quieras, opinar sobre lo que tengas ganas, sentirte como en tu propia casa, ya que de eso se trata.
Si te quedas en el primer post que encuentres, te perderás lo mejor del blog, y lo mejor será aquello que a ti te llegue, te identifique, te haga sentir que estás entre pares, pero tenemos un problema: no sabemos nada de ti y quizás tampoco nunca sepamos, por eso es que el post que justo te puede servir está mezclado con otros y esto mismo nos pasa con quien ha entrado antes que tu y con quien entrará después y después y después.
Por eso no te quedes con la primer impresión, recuerda que el busca encuentra y tú si buscas quizás encuentres, por eso gracias por llegar, esperemos que nos visites seguido y que este blog te sea útil, ya que para eso lo hacemos y recuerda que: siempre serás bienvenido a este lugar.
Comentario:
Si nos dejas tu impresión sobre el blog en el Libro de Visitas, nos ayudarás a mejorarlo
Le escribo por este medio, sin complejos ni pre conceptos pueriles, con la casi plena seguridad que Usted nunca llegará a enterarse del contenido de la presente, salvo que algún piadoso villenense, estudiante de doctorado, o algún otro visitante ocasional de la Santa Sede se la haga llegar, pero como decía un Santo nacido en Barbastro (Huelva): “Haz lo que debas, a...unque debas lo que hagas” y a eso vamos.
Me tomo el atrevimiento de dirigirme a Usted desde las antípodas del pensamiento (futbolísticamente hablando, obvio, aunque estemos en la B Nacional, Huracán, existe) tal como lo hice hace más de 10 años y en ese momento para mi sorpresa tuve una respuesta elocuente, nada de palabras huecas, nada de dilaciones estériles, actos concretos, hechos reales.
Bastó una Audiencia casi inmediata con el Obispo Auxiliar a cargo de la Pastoral Familiar en la Redonda de Belgrano y si no hubiera sido por mi cruzada del charco, seguramente desde varios años esa idea hubiera tomado cuerpo, hubiera visto la luz y, quizás, hoy muchos nos sentiríamos partícipes de un muy interesante ámbito de reflexión y contención.
Como no le di las gracias en su momento, tarde pero seguro, aprovecho la oportunidad para hacerlo. Nobleza obliga.
También le escribo desde el conocimiento, casi en primera persona, de sus apoyos a un hermoso y colorido movimiento, nacido en Palma de Mallorca y difundido en todo el mundo, con relación a una apertura muy acorde a los tiempos, aunque por razones estatutarias (obviamente modificables) no hayan considerado posibles sus sugerencias, ha sido otra verdadera lástima.
Se podría haber brindado contención y felicidad a muchos, pero las cosas son como son y quizás en el futuro la apertura, el aggiornamiento y la comprensión sean elementos que algunos puedan tener en cuenta y seguramente contarán con el respaldo de quienes corresponda.
Imagino, sin demasiada inteligencia, que el camino que deberá recorrer será cualquier cosa menos fácil, que como dice San Lucas en su capítulo 10, "la mies es mucha y los obreros pocos", al menos los que estén realmente dispuestos a poner cada cosa en su lugar, pero al aceptar la decisión del Cónclave eso ya lo sabía, así que ahora sólo resta hacer y confiar en la Divina Providencia.
Su estilo claro, cercano, agradable será un buen elemento para "caminar, edificar y confesar" como magistralmente nos ha señalado el derrotero y es dable creer que por esa huella será un desafío alucinante caminar, sin necesidad de demasiadas cosas extras.
Los temas siempre pendientes son muchos, todos importantes y según con quien uno hable o que periódico lea parece que todos necesitan una respuesta inmediata, ejemplarizante en algunos casos y de estricta justicia en otros, pero realmente cada cosa deberá esperar su turno y esa Iglesia a la medida de cada uno, esa Iglesia que reivindique al Evangelio según San Yo, esa Iglesia inmediatista del Llame Ya, es una Iglesia que no existe y que seguramente no existirá, así que no se preocupe, mientras tanto ladrarán y esa será la señal inequívoca que cabalgamos.
A pesar de todo me atreveré a llamar su atención en un tema que a varios, diseminados por todo el mundo, nos ha tocado la lamentable situación de romper nuestros matrimonios y en algunos casos la bendición de tener una nueva posibilidad y hemos encontrado en la Exhortación Apostólica Familiris Consortio una luz de esperanza, aunque luego de más 30 años de esa hermosa Encíclica de SS Juan Pablo II, quizás algo más se pueda hacer, tal como se ha planteado en varios Sínodos.
El acceso a los Sacramentos es pan de vida y bebida de salvación y aunque cueste creerlo, son muchos los famélicos que verían con sumo agrado que de una manera concreta se los tuviera en cuenta y para eso contamos con Usted, con su comprensión, con su cordialidad, con su buen hacer y recordando a San Mateo (7.7) resuena en los oídos, en el cerebro y en los corazones aquello de:”Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá” y esto renueva la ilusión y esperanza, esa segunda virtud teologal que algunas veces el ajetreo de lo cotidiano nos hace olvidar.
La Comunión Espiritual es reconfortante, es un paliativo hermoso, es un acto de cercanía que hace vibrar el cerebro y que acelera las pulsaciones, pero convengamos que no es lo mismo ni mucho menos y de eso pueden dar testimonio elocuente quienes a lo largo de los años se quedan de rodillas en los reclinatorios, con rostros compungidos y dolor en el corazón.
Sabemos que el camino será largo, que los obstáculos se multiplicarán a cada paso, que entre las urgencias de unos y la laxitud de otros algunas cosas se podrán complicar, pero también sabemos que si bien no hay rosas sin espinas, quizás algún día podamos decir que no hay espinas sin rosas.
Me despido con la inconmensurable convicción que: Cristo, cuenta contigo y nosotros con su Gracia.
Dios guarde a Su Santidad
Hola Mundy
ResponderEliminarMe alegra saber de este blog; me parece bárbaro que sea para servir, para dar más contención a todos aquellos hermanos divorciados.
Respecto a lo del Libro de Martini y Sporschill, te comento que no lo he leído aún pero sí he escuchado muchos comentarios al respecto de gente que, seguramente, tampoco lo leyó pero aprovechó la volada para pegarle a Nuestra Madre Iglesia.
Así que no sé si estos sacerdotes dicen algo en "Coloquios..." acerca de los católicos que se han divorciado y que han formado una nueva pareja.
Es, sin duda, un tema bastante complejo. Hay una dura realidad y es que no todos tomamos con la suficiente seriedad al Sacramento del Matrimonio. Muchas veces los católicos nos quedamos en las apariencias, en el "que-dirán" y no tomamos mucha conciencia de lo profundo que es recibir el Sacramento del Matrimonio. No se toma conciencia de que, al igual que los que son ordenados sacerdotes y religiosos, quienes nos casamos somos también personas consagradas. Dios es siempre Fiel y Él también se compromete con los esposos a la hora de casarse...
Claro que hay que analizar cada caso puntual y, aún así, solo a Dios le corresponde juzgar. Sé que en la Argentina y en otros países, hay sacerdotes que hacen labores pastorales para personas separadas y eso me parece bárbaro.
Contrariamente a lo que muchísima gente cree, a los divorciados ni tampoco a los homosexuales se les cierra la puerta de la Iglesia. Basta leer el Nuevo Catecismo de la Iglesia católica para corroborarlo. Se los invita a vivir en la castidad... algo que no todos están dispuestos a aceptar ya que vivimos en un mundo bastante erotizado.
Pasa que, muchas veces, la palabra "discriminación" está muy a flor de labios. SI a mí no me dan la razón ahí nomás acuso ser "discriminado"... Y no es así el tema, Nuestra Madre Iglesia no debe ser demagógica con tal de ganar más y más fieles: Jesús no fue para nada demagogo en su vida y en su prédica.
Creo que no hay que temer al juicio de la sociedad ni al castigo de Dios. Más bien, me parece más importante confiarse en la Infinita Misericordia del Señor y dejarse guiar por Él.
Te mando un abrazo grande y estamos en contacto. Podés opinar de los temas que deseés en nuestro blog. Dios te bendiga.
Estimado Mario:
ResponderEliminarGracias por tu comentario, te debo la respuesta, pero ahora me resulta imposible.
Con algo no estoy para nada de acuerdo y es lo siguiente:
Sobre el final, me dices que puedo opinar en tu blog y no me dices cual es (jajaja)
Espero el dato.
Saludos