Ayer recibí el boletín de AICA (Agencia Informativa Católica Argentina) y me enteré que Monseñor Erro (ARG)había fallecido.
Le pasé la noticia a Claudio, y él desde Madrid (ESP)tuvo la buena voluntad de preparar este homenaje, lleno de emoción y agradecimiento para quien fuera un verdadero ejemplo, para todos los que tuvimos la suerte de conocerlo
CARTA TARDIA A UN AMIGO QUE YA NUNCA LA LEERA... O TAL VEZ SI !!!
Entre muchas cosas, la muerte de un ser querido a la distancia suena como un disparador de recuerdos imborrables, un despertador de sentimientos dormidos, un arrepentimiento de despedidas truncadas, un lamento de reencuentros que ya no viviremos.
El 5 de Diciembre de este año, un amigo con cuerpo viejo, mente joven y alma ansiosa de Dios emprendió un viaje de destino seguro: el Paraíso.
Desde hace mucho tiempo, toda su vida, que venía ahorrando para comprar su último billete de ida. Y digo último de ida porque de ida y vuelta compró muchos.
Su trabajo fue mucho, y siempre lo hizo con esa actitud de amor, alegría, sencillez, humildad y servicio propios de aquellos que aman y saben lo que hacen y por qué lo hacen.
Cada alma tocada por su mano, su rezo, su sabiduría lo acercaban más a Dios, le mostraban Su rostro, le alcanzaban Su mano para estrecharla y sus oídos habrán escuchado una y otra vez “… gracias hijo mío por estar aquí, nos volvemos a ver en poco tiempo…”
¡La vida pasa tan de prisa! Mirando atrás aún recuerdo las últimas veces que nos vimos: 1992, 1994, 1998 y 2001, para acercar al Padre por primera vez a cada uno de mis 4 hijos… y siempre con alegría Pepe Erro dijo presente.
Se vistió de fiesta, preparó la mesa, adornó la casa y recibió amorosamente como un padre, a cada uno de los invitados al banquete.
¿Y por qué él? La respuesta es sencilla: pocas veces en la vida conoces a personas que más que vivir la Palabra de Dios parecen ser manifestaciones vivas de su infinito Amor. Pepe fue una de ellas.
Pepe, querido amigo, vaya desde aquí a modo de homenaje, nuestro agradecimiento, amor profundo y recuerdo permanente para ti, para tu obra y para tu saber ser imagen y semejanza de Dios.
La iglesia pierde a un miembro irremplazable, pero es lógico y entendible que Dios quiera, de una vez, tenerte cerca para siempre.
Claudio
Le escribo por este medio, sin complejos ni pre conceptos pueriles, con la casi plena seguridad que Usted nunca llegará a enterarse del contenido de la presente, salvo que algún piadoso villenense, estudiante de doctorado, o algún otro visitante ocasional de la Santa Sede se la haga llegar, pero como decía un Santo nacido en Barbastro (Huelva): “Haz lo que debas, a...unque debas lo que hagas” y a eso vamos.
Me tomo el atrevimiento de dirigirme a Usted desde las antípodas del pensamiento (futbolísticamente hablando, obvio, aunque estemos en la B Nacional, Huracán, existe) tal como lo hice hace más de 10 años y en ese momento para mi sorpresa tuve una respuesta elocuente, nada de palabras huecas, nada de dilaciones estériles, actos concretos, hechos reales.
Bastó una Audiencia casi inmediata con el Obispo Auxiliar a cargo de la Pastoral Familiar en la Redonda de Belgrano y si no hubiera sido por mi cruzada del charco, seguramente desde varios años esa idea hubiera tomado cuerpo, hubiera visto la luz y, quizás, hoy muchos nos sentiríamos partícipes de un muy interesante ámbito de reflexión y contención.
Como no le di las gracias en su momento, tarde pero seguro, aprovecho la oportunidad para hacerlo. Nobleza obliga.
También le escribo desde el conocimiento, casi en primera persona, de sus apoyos a un hermoso y colorido movimiento, nacido en Palma de Mallorca y difundido en todo el mundo, con relación a una apertura muy acorde a los tiempos, aunque por razones estatutarias (obviamente modificables) no hayan considerado posibles sus sugerencias, ha sido otra verdadera lástima.
Se podría haber brindado contención y felicidad a muchos, pero las cosas son como son y quizás en el futuro la apertura, el aggiornamiento y la comprensión sean elementos que algunos puedan tener en cuenta y seguramente contarán con el respaldo de quienes corresponda.
Imagino, sin demasiada inteligencia, que el camino que deberá recorrer será cualquier cosa menos fácil, que como dice San Lucas en su capítulo 10, "la mies es mucha y los obreros pocos", al menos los que estén realmente dispuestos a poner cada cosa en su lugar, pero al aceptar la decisión del Cónclave eso ya lo sabía, así que ahora sólo resta hacer y confiar en la Divina Providencia.
Su estilo claro, cercano, agradable será un buen elemento para "caminar, edificar y confesar" como magistralmente nos ha señalado el derrotero y es dable creer que por esa huella será un desafío alucinante caminar, sin necesidad de demasiadas cosas extras.
Los temas siempre pendientes son muchos, todos importantes y según con quien uno hable o que periódico lea parece que todos necesitan una respuesta inmediata, ejemplarizante en algunos casos y de estricta justicia en otros, pero realmente cada cosa deberá esperar su turno y esa Iglesia a la medida de cada uno, esa Iglesia que reivindique al Evangelio según San Yo, esa Iglesia inmediatista del Llame Ya, es una Iglesia que no existe y que seguramente no existirá, así que no se preocupe, mientras tanto ladrarán y esa será la señal inequívoca que cabalgamos.
A pesar de todo me atreveré a llamar su atención en un tema que a varios, diseminados por todo el mundo, nos ha tocado la lamentable situación de romper nuestros matrimonios y en algunos casos la bendición de tener una nueva posibilidad y hemos encontrado en la Exhortación Apostólica Familiris Consortio una luz de esperanza, aunque luego de más 30 años de esa hermosa Encíclica de SS Juan Pablo II, quizás algo más se pueda hacer, tal como se ha planteado en varios Sínodos.
El acceso a los Sacramentos es pan de vida y bebida de salvación y aunque cueste creerlo, son muchos los famélicos que verían con sumo agrado que de una manera concreta se los tuviera en cuenta y para eso contamos con Usted, con su comprensión, con su cordialidad, con su buen hacer y recordando a San Mateo (7.7) resuena en los oídos, en el cerebro y en los corazones aquello de:”Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá” y esto renueva la ilusión y esperanza, esa segunda virtud teologal que algunas veces el ajetreo de lo cotidiano nos hace olvidar.
La Comunión Espiritual es reconfortante, es un paliativo hermoso, es un acto de cercanía que hace vibrar el cerebro y que acelera las pulsaciones, pero convengamos que no es lo mismo ni mucho menos y de eso pueden dar testimonio elocuente quienes a lo largo de los años se quedan de rodillas en los reclinatorios, con rostros compungidos y dolor en el corazón.
Sabemos que el camino será largo, que los obstáculos se multiplicarán a cada paso, que entre las urgencias de unos y la laxitud de otros algunas cosas se podrán complicar, pero también sabemos que si bien no hay rosas sin espinas, quizás algún día podamos decir que no hay espinas sin rosas.
Me despido con la inconmensurable convicción que: Cristo, cuenta contigo y nosotros con su Gracia.
Dios guarde a Su Santidad
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Envíanos tu comentario, No te preocupes por la extensión, lo importante son tus sentimientos.
La Barca es un Blog abierto, todas las opiniones son bien recibidas, y nos sirven para mejorar en lo que hacemos y como lo hacemos.
Si quieres opinar sobre el tema del Post o sobre cualquier otro, hazlo con libertad.
Si La Barca no te sirve te pedimos disculpas, pero si te sirve, cuéntaselo a otro, entre todos lo haremos mejor y recuerda que La Barca es fundamentalmente tuya.