Esta información nos la envía Gustavo Daniel D´Apice - Profesor de Teología - Pontificia Universidad Católica (ARG) y con su consentimiento la insertamos en el blog, aceptando su corrección fraterna cuando yo le decía que la navidad era nuestra también, él con su sabiduría me corregió: la Navidad es de todos
Los Eventos “Dialogando”, a cargo del Prof. Gustavo Daniel D´Apice, realizaron su primera jornada bajo el Tema “Preparando la Navidad”.
Fue un Curso-Taller destinado a docentes, estudiantes y público en general, con Resolución Ministerial y auspicio de la Subsecretaría de Cultura, en una de las aulas de las Hermanas Salesias, entre las calles Santa Fe y Tucumán de la ciudad de San Juan.
El Temario fueron los Signos de la Navidad, como el árbol, las luces, el pesebre, la Corona de Adviento, Santa Claus, los Reyes Magos.
En la simbología cristiana navideña, la corona de adviento prepara a celebrar la Navidad en cuatro semanas.
Su forma circular remite a la eternidad de Dios, que no tiene principio ni fin. Su follaje verde hace referencia a la vida, y los listones rojos, al amor de Dios derramado en nuestros corazones. Las luces que se van encendiendo progresivamente hacen alusión a la Luz de Cristo, Luz del mundo según sus Palabras.
El árbol completa esta simbología con su follaje siempre verde, remitiendo al árbol de la Cruz que por la Resurrección siempre está dando frutos.
Los regalos del árbol significan el compartir entre nosotros el Gran Regalo del Padre Dios, que es su Hijo Jesús regalado al mundo para salvarlo.
Lo principal es el amor de la entrega generosa, oblativa y alegre de cada uno. Los adornos manifiestan nuestra alegría ante el Enviado de Dios, y las luces completan el sentido de la Luz de la corona de Adviento, y señalan la Luz permanente del Cirio de Pascua en que Jesús está Resucitado y dando sentido a las cosas para siempre como Camino, Verdad y Vida de todo.
El pesebre hace que nos metamos entre los personajes que adoran a Jesús y nos centran más en el misterio que contemplamos.
Santa Claus, el Obispo San Nicolás de Bari, celebrado el 6 de diciembre, en pleno tiempo de la espera de Navidad, nos enseña el compartir: su bolsa con la cual entregaba dones a los necesitados, y la luz del Evangelio que debía predicar en su otra mano.
Recordemos que su vestidura roja de Obispo es anterior a cualquier comercial, asimismo como su gorro propio de los Obispos de su tiempo en las regiones frías.
Todo esto nos enseña también a nosotros a tener siempre vida que dar, luz con la que alumbrar, amor con el cual compartir, y sentido para brindar a los demás la significación profunda de las cosas.
Una última referencia a los Magos venidos de Oriente. En los signos naturales de la Estrella había leído un mensaje, como buenos escrutadores de los astros según su cultura milenaria, que el Gran Rey del Tiempo Final debía nacer en Palestina.
Una lumbre mayor los esclarece, y caminan casi dos años hasta encontrarse con Jesús y ofrecerle sus dones: oro como Rey del universo, incienso como a Dios inmortal, y mirra como a hombre mortal, ya que con ella se ungían los cuerpos para la sepultura con que Jesús redimiría para resucitar al tercer día.
Y habiéndose encontrado con Jesús, vuelven a su tierra por otro camino: Nadie que se encuentra con Jesús puede seguir por la misma senda. El encuentro con Él transforma, solidariza, llena de alegría y cambia la vida.
Eso significa lo narrado por el evangelista Mateo en su capítulo 2.
El encuentro duró de 8:30 a 12:30 y de 17:30 a 20:30.
Volverá a realizarse el sábado 21 de marzo. Esta vez con el Tema: “Preparando la Pascua”, una mirada contemplativa desde la filosofía, la estética, la pedagogía y la espiritualidad.
Como el anterior, tendrá Resolución Ministerial y está dedicado a docentes, estudiantes y público en general.
COMENTARIO.
Las consultas son al teléfono 428-4544.
http://es.catholic.net/gustavodaniel
http://gustavodaniel.autorcatolico.org
http://sfn.org.ar/dialogando
http://es.netlog.com/dialogando/blog
Le escribo por este medio, sin complejos ni pre conceptos pueriles, con la casi plena seguridad que Usted nunca llegará a enterarse del contenido de la presente, salvo que algún piadoso villenense, estudiante de doctorado, o algún otro visitante ocasional de la Santa Sede se la haga llegar, pero como decía un Santo nacido en Barbastro (Huelva): “Haz lo que debas, a...unque debas lo que hagas” y a eso vamos.
Me tomo el atrevimiento de dirigirme a Usted desde las antípodas del pensamiento (futbolísticamente hablando, obvio, aunque estemos en la B Nacional, Huracán, existe) tal como lo hice hace más de 10 años y en ese momento para mi sorpresa tuve una respuesta elocuente, nada de palabras huecas, nada de dilaciones estériles, actos concretos, hechos reales.
Bastó una Audiencia casi inmediata con el Obispo Auxiliar a cargo de la Pastoral Familiar en la Redonda de Belgrano y si no hubiera sido por mi cruzada del charco, seguramente desde varios años esa idea hubiera tomado cuerpo, hubiera visto la luz y, quizás, hoy muchos nos sentiríamos partícipes de un muy interesante ámbito de reflexión y contención.
Como no le di las gracias en su momento, tarde pero seguro, aprovecho la oportunidad para hacerlo. Nobleza obliga.
También le escribo desde el conocimiento, casi en primera persona, de sus apoyos a un hermoso y colorido movimiento, nacido en Palma de Mallorca y difundido en todo el mundo, con relación a una apertura muy acorde a los tiempos, aunque por razones estatutarias (obviamente modificables) no hayan considerado posibles sus sugerencias, ha sido otra verdadera lástima.
Se podría haber brindado contención y felicidad a muchos, pero las cosas son como son y quizás en el futuro la apertura, el aggiornamiento y la comprensión sean elementos que algunos puedan tener en cuenta y seguramente contarán con el respaldo de quienes corresponda.
Imagino, sin demasiada inteligencia, que el camino que deberá recorrer será cualquier cosa menos fácil, que como dice San Lucas en su capítulo 10, "la mies es mucha y los obreros pocos", al menos los que estén realmente dispuestos a poner cada cosa en su lugar, pero al aceptar la decisión del Cónclave eso ya lo sabía, así que ahora sólo resta hacer y confiar en la Divina Providencia.
Su estilo claro, cercano, agradable será un buen elemento para "caminar, edificar y confesar" como magistralmente nos ha señalado el derrotero y es dable creer que por esa huella será un desafío alucinante caminar, sin necesidad de demasiadas cosas extras.
Los temas siempre pendientes son muchos, todos importantes y según con quien uno hable o que periódico lea parece que todos necesitan una respuesta inmediata, ejemplarizante en algunos casos y de estricta justicia en otros, pero realmente cada cosa deberá esperar su turno y esa Iglesia a la medida de cada uno, esa Iglesia que reivindique al Evangelio según San Yo, esa Iglesia inmediatista del Llame Ya, es una Iglesia que no existe y que seguramente no existirá, así que no se preocupe, mientras tanto ladrarán y esa será la señal inequívoca que cabalgamos.
A pesar de todo me atreveré a llamar su atención en un tema que a varios, diseminados por todo el mundo, nos ha tocado la lamentable situación de romper nuestros matrimonios y en algunos casos la bendición de tener una nueva posibilidad y hemos encontrado en la Exhortación Apostólica Familiris Consortio una luz de esperanza, aunque luego de más 30 años de esa hermosa Encíclica de SS Juan Pablo II, quizás algo más se pueda hacer, tal como se ha planteado en varios Sínodos.
El acceso a los Sacramentos es pan de vida y bebida de salvación y aunque cueste creerlo, son muchos los famélicos que verían con sumo agrado que de una manera concreta se los tuviera en cuenta y para eso contamos con Usted, con su comprensión, con su cordialidad, con su buen hacer y recordando a San Mateo (7.7) resuena en los oídos, en el cerebro y en los corazones aquello de:”Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá” y esto renueva la ilusión y esperanza, esa segunda virtud teologal que algunas veces el ajetreo de lo cotidiano nos hace olvidar.
La Comunión Espiritual es reconfortante, es un paliativo hermoso, es un acto de cercanía que hace vibrar el cerebro y que acelera las pulsaciones, pero convengamos que no es lo mismo ni mucho menos y de eso pueden dar testimonio elocuente quienes a lo largo de los años se quedan de rodillas en los reclinatorios, con rostros compungidos y dolor en el corazón.
Sabemos que el camino será largo, que los obstáculos se multiplicarán a cada paso, que entre las urgencias de unos y la laxitud de otros algunas cosas se podrán complicar, pero también sabemos que si bien no hay rosas sin espinas, quizás algún día podamos decir que no hay espinas sin rosas.
Me despido con la inconmensurable convicción que: Cristo, cuenta contigo y nosotros con su Gracia.
Dios guarde a Su Santidad
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