Usamos una fórmula muy breve, simple, llena de espiritualidad que aprendimos cuando hicimos nuestro cursillo de cristiandad (una experiencia maravillosa sobre la que algún día comentaremos).
Esta es nuestra fórmula, si no tienen ninguna prueben con esta y si no lo hacen, prueben, quizás les pase como a mi al principio que me daba vergüenza, pensaba que los demás se reirían de mi.
Con el tiempo se ha tornado una hermosa costumbre, que cada día tratamos que la bendiga un integrante distinto y luego de la mística, la mástica, como no podía ser de otro modo.
Ahí se las dejo, si tienen otra y la compartimos, mejor para todos:
Señor,
bendice estos alimentos,
las manos que los han preparado,
dale pan a los que tienen hambre
y hambre y sed de justicia a los que tiene pan.
Amén.
Comentario:
Hace muchos años, el lema de unos encuentros era: la familia que reza unida, permanece unida.
¿Lo recuerdan?. ¡¡¡ No lo olvidemos !!!
Estoy de acuerdo en que bendecir la mesa es una hermosa costumbre. Une a la familia, y nos permite darnos cuenta de lo afortunados que somos por tener buenos alimentos que consumir, en un mundo lleno de hambre. Dar gracias por ese privilegio es lo menos que Dios debe esperar de nosotros.
ResponderEliminarsi alguien de la mesa no cree en nuestro dios deberiamos no rezar, al menos en voz alta eso es lo que pienso, como uno que una vez me dijo si le rezas a tu dios en mi presencia le rezaré al diablo en la tuya...
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