Dios ha sido muy generoso conmigo, me regaló 3 hijas sensacionales en mi (primer) matrimonio y luego de mi divorcio tuve la bendición de conocer a quien, desde hace 12 años, me ha devuelto la ilusión.
Fruto de nuestra situación irregular, nació mi 4ª hija, ya casi cuando creía estar más cerca de ser abuelo que de volver a ser padre, pero los regalos del Cielo son así, a veces toman forma de milagro.
Este angelito, hoy mientras repasaba para el próximo inicio de las clases, lamentándose de lo difícil que le resultaba leer en valenciano, le dijo a su madre: “Pues, no me resulta fácil”.
Ciertamente la vida es bastante así, muchas veces no nos resulta fácil.
Tal como a muchos de los nosotros, que luego un matrimonio sacramental ha tenido la suerte de encarar una nueva unión y en la mayoría de los casos una muy feliz situación irregular.
A lo largo del tiempo (todos) hemos pasado por varias circunstancias que seguramente nos habrán hecho pensar en varias alternativas, incluyendo a dudar de nuestra propia fe.
¿Quién no ha pasado por incomprensiones, discriminaciones, consideraciones erróneas, imposibilidad de mandar a sus hijos al colegio que le hubiera gustado? por citar sólo algunos ejemplos y ni que hablar cuando ha tenido que contestar porque no comulgamos el día de su primera comunión, como el resto de los compañeritos del catecismo, aunque nunca los haya visto en misa.
No resulta fácil.
¿Cómo explicar lo que nosotros mismos no terminamos de entender?, si con la cabeza aunque no con el corazón, por ejemplo respecto a la Confesión.
No resulta fácil.
¿Cómo explicarles a nuestros hijos, que quien no cumple Los Mandamientos peca? .Cuando nosotros bendecimos la mesa, rezamos juntos, vamos a misa, damos un sentido cristiano a la Navidad y a pesar de eso, vivimos en permanente pecado mortal, por somos adúlteros.
Jolín, recórcholis, caramba, etc., no resulta fácil.
Empezamos de nuevo, construimos familias ensambladas, seguimos en el camino, aunque convengamos a veces no resulta fácil.
Una nueva vida, incluyendo una nueva unión, ya que no es bueno que el hombre (y la mujer) esté sólo, por haber fallado una vez sea una situación irregular, es todo un tema.
Al igual que mi 4ª hija con su idioma adoptivo, esta situación, al menos para los que nos tomamos en serio la Resurrección, no resulta fácil.
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