En nuestro 1º belén
(pesebre) en España tomamos nota que nos faltaba una figura, algo que todos
nuestros amigos, vecinos y conocidos valencianos nos lo señalaron: ¡ Aquí falta
el caganer !, fue la frasecita repetida, algo que al año siguiente subsanamos
sin inconvenientes.
Al principio nos parecía
impropio pero entendimos que la religiosidad popular tiene más de costumbrismo
que de fe, pero si la ritualidad es así, es así y a otra cosa mariposa.
Ahora nuestros hermanos
napolitanos imponen la moda del papa en el belén en un gesto de mayor picardía
mercantil que de culto a la personalidad, algo que Francisco ha dado muestras
de no aceptar (recordar que “pidió” que retiraran una estatua suya de la Catedral
Metropolitana de Buenos Aires)
No nos sumaremos a la
moda napolitana, al menos que
hasta salgan las imitaciones que a 1€ se consigan
en cualquier mercadillo, ni nos tatuaremos su rostro ni su nombre en nuestro
cuerpo, pero en cambio haremos otra cosa, no tan efectista pero seguramente más
efectiva.
Rezaremos en familia,
bendeciremos la mesa, recrearemos el VERDADERO y escasamente conocido sentido
de la Navidad y renovaremos nuestras promesas, como una preparación para la 1º
Peregrinación Mundial de Divorciados en Nueva Unión, que efectuaremos a El Vaticano
el próximo 5 de Octubre, para rezar por Todos nuestros Obispos.
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