Pequeños esfuerzos personales, individuales o grupales por un objetivo común, reciben diferentes nombres, todos muy válidos, algunos los llaman palancas, otros cuñas y seguramente deben haber cientos de nombres más, nosotros proponemos uno: REMOS.
Dejamos algunas sugerencias, todas simples aunque sabemos que serán muy difíciles de cumplir, pero el objetivo es intentar hacer el esfuerzo, ofreciendo el sacrificio y todo lo que nos cueste por objetivos concretos, quizás luego lleguemos a la conclusión que es más fácil dar una limosna, pero para eso será la conclusión.
Pidamos por la paz en el mundo,
por que la crisis no se ensañe con los que menos tienen,
por nuestra Iglesia, que en varios países es perseguida,
por los que tienen una piedra en vez de un corazón,
por los que tienen la mente cerrada, por los que discriminan,
por nosotros,
por toda esa cantidad de cosas y personas que cada uno sabe que necesitan.
Y lo que podemos hacer, entre muchísimas otras cosas (recordando ofrecer el sacrificio) puede ser lo siguiente:
Dejar de fumar una hora.
No beber alcohol en la próxima cena.
Guardar o regalar el último caramelo que nos quede.
Llamar por teléfono a ese amigo que muchas ganas no nos dan o mandarle un simple mail.
Ofrecer una misa por nuestras familias, incluyendo en nuestro pensamiento a ese pariente que no nos cae del todo bien.
Esto o lo que se te ocurra, hazlo de corazón, sin que nadie se entere, eso le dará valor.
Sólo un REMO, con eso es suficiente.
¿REMAMOS JUNTOS? Seguro que si.
Dejamos algunas sugerencias, todas simples aunque sabemos que serán muy difíciles de cumplir, pero el objetivo es intentar hacer el esfuerzo, ofreciendo el sacrificio y todo lo que nos cueste por objetivos concretos, quizás luego lleguemos a la conclusión que es más fácil dar una limosna, pero para eso será la conclusión.
Pidamos por la paz en el mundo,
por que la crisis no se ensañe con los que menos tienen,
por nuestra Iglesia, que en varios países es perseguida,
por los que tienen una piedra en vez de un corazón,
por los que tienen la mente cerrada, por los que discriminan,
por nosotros,
por toda esa cantidad de cosas y personas que cada uno sabe que necesitan.
Y lo que podemos hacer, entre muchísimas otras cosas (recordando ofrecer el sacrificio) puede ser lo siguiente:
Dejar de fumar una hora.
No beber alcohol en la próxima cena.
Guardar o regalar el último caramelo que nos quede.
Llamar por teléfono a ese amigo que muchas ganas no nos dan o mandarle un simple mail.
Ofrecer una misa por nuestras familias, incluyendo en nuestro pensamiento a ese pariente que no nos cae del todo bien.
Esto o lo que se te ocurra, hazlo de corazón, sin que nadie se entere, eso le dará valor.
Sólo un REMO, con eso es suficiente.
¿REMAMOS JUNTOS? Seguro que si.
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