Miguel Ángel, nos envío el siguiente comentario, el cual lo compartimos y al final nuestra reflexión
Admiro vuestra delicadeza y fidelidad a la autoridad eclesial. Pero no estoy de acuerdo con ni con lo ordenado por ésta ni con vuestra aceptación de no participar en la Eucaristía. Este sacramento también es sanante, si exigiera un estado de perfección, ¿quién podría participar en él?
Estar en la Eucaristía, sentirse Iglesia que se une a Cristo y quedarse en el banco a la hora de comulgar, sencillamente, ni lo entiendo ni me parece que sea voluntad del Señor. ¿Dónde queda la gran mesa abierta y la comunión universal?
Si se trata de escándalo, ¿no es más escándalo readmitir a quienes están dispuestos a romper la comunión eclesial por mantener sus ideas preconciliares?
COMENTARIO:
Gracias por admirar nuestra delicadeza, todos los que leen el blog, piensen como piensen tienen derecho a que hagamos un mínimo esfuerzo, cosa que no siempre nos sale bien y en cuanto a la fidelidad a la autoridad, ese es un tema distinto.
Dentro de la Iglesia como de cualquier organización que se precie de tal, existen normas con las que podemos acordar o disentir, si acordamos sin más, sin pensar, sin analizar somos obedientes y casi sumisos si las rechazamos porque parecen inaceptables y encima no somos capaces de cambiarlas, el camino que nos queda es cambiar de idea o cambiar de organización.
No está en nuestras manos cambiar todo aquello que creemos que podría ser de otro modo, sin que ello implique la conformidad con algunas cosas que suceden y nos quedamos igual, eso es la libertad, eso es el libre albedrío, esa es la opción que hemos elegido.
Al día de hoy las cosas están planteadas como están planteadas, nada impide que no puedan cambiar en el futuro, pero para eso algo habrá que hacer.
Mientras tanto, como se dice actualmente e España y quizás en otros lugares: ES LO QUE HAY.
Tus preguntas, llenas de honestidad y quizás hasta de rabia las comprendemos, plantéaselas al sacerdote de tu parroquia y si no tiene respuestas o no te atiende con caridad cuéntale cual es su obligación de acuerdo a lo que dice el Papa, también puedes charlar en tu grupo y si las respuestas no te satisfacen cambia de grupo, o junta a otros que tengan las mismas dudas y con un sacerdote abierto de mente inicien una pastoral.
Quizás cuando estas etapas mínimas las hayas cumplido, verás lo difícil que es, imagínate entonces lo difícil que es cambiar otras cosas.
Es lo que hay, puede ser una actitud simplemente conformista si agota ahí, pero Es Lo que hay, pero disfruto de todo lo que puedo, que no es poco y hago lo que está a mi alcance y un poco más para cambiar la realidad que no me gusta, eso ya es otra cosa.
Prueba y si nada de eso te resulta satisfactorio no te vayas, quédate en LA BARCA, que aquí entendemos tus preguntas, tus pensamientos, tus comentarios y hasta el sabor amargo que pueda quedar en la boca, cada domingo que se puede comulgar sacramentalmente.
Este es Tu sitio, esta es TU BARCA
Estoy totalmente de acuerdo con la opinión de Miguen Ángel. Por suerte cada día son más los sacerdotes que, haciendo caso omiso de las leyes "generales" que prohíben el acceso a la comunión de los divorciados en nueva unión, aplican criterios pastorales más amplios y adecuados a la realidad que les toca vivir en cada comunidad, y con un gran discernimiento espiritual y un profundo conocimiento del Evangelio, permiten que personas en esta situación no sólo comulguen sacramentalmente, sino que participen de todas las actividades parroquiales que antes estaban reservadas sólo para los supuestamente "perfectos". La "comunión espiritual" debe aplicarse sólo en los casos en que la propia conciencia reclama abstenerse del sacramento por razones íntimas y espirituales de la persona muy graves. Jesús vino para que TODOS comamos su Cuerpo y su Sangre, porque ello nos da fuerzas para perseverar en la fe y en el amor. Lo que podemos hacer los laicos es reflexionar sobre estas cosas e ir creando conciencia. Los cambios nunca se producirán en la Iglesia si no cambiamos primero nosotros nuestra mentalidad. Saludos cordiales,
ResponderEliminarGraciela
Argentina