La actitud cerrada de la Iglesia con respecto a los divorciados en nueva unión, quienes no pueden acceder a los sacramentos ni participar de muchísimos servicios eclesiales, se irá abriendo en la medida en que profundicemos más en el Evangelio de Jesús, que es un Evangelio cuyo centro es el AMOR, y al significado de la Eucaristía, que es "Pan para que tengamos Vida en abundancia".
Cuando entendamos que nadie puede "adueñarse" de los sacramentos ni de la conciencia íntima del prójimo, seremos más compasivos y amorosos, y tal vez veamos la realidad sólo desde el punto de vista de Cristo.
En ese momento se acabarán las discriminaciones, los equívocos y el sufrimiento causado por la misma Iglesia a tantos hermanos nuestros que no han podido cumplir con su proyecto matrimonial, o que simplemente no fueron amados como hubiera correspondido.
Condenar a estos hermanos a la soledad, o a la imposibilidad de formar una nueva familia es inhumano, y el sentido común se resiste a creer que este sea el punto de vista de Dios.
Más bien parecen "preceptos humanos".
Por otro lado, la familia es el lugar donde uno puede crecer como persona, rodeado de amor y respeto, y no tiene tanto que ver con la paternidad y maternidad biológicas, sino con el clima de amor que posibilita que una persona se desarrolle plenamente.
Es desagradable hablar de "familias ensambladas", como he escuchado decir por aquí con respecto a los divorciados en nueva unión.
¿Acaso la Sagrada Familia era una familia "normal"?
¿No fue también una familia "ensamblada", donde Jesús era hijo adoptivo de José?
Este nuevo milenio exige nuevas respuestas a cuestiones actuales.
Es nuestra obligación como cristianos y teólogos repensar la fe permanentemente a fin de considerar las nuevas situaciones y dar respuestas razonables siempre desde el punto de vista del Evangelio, al que tenemos que volver una y otra vez.
Graciela Moranchel
COMENTARIO:
Si se aplica en algunos lugares a las nuevas uniones de católicos divorciados a de ser un cambio en la denominación o un error conceptual.
Efectivamente, como vos aclarás, se denominan "familas ensambladas" a la unión de dos personas que no están casadas "por la Iglesia", con sus respectivos hijos (si los tuvieran) y miembros de la familia de cada cónyuge, lo que llega a constituir una "nueva familia". El término se usa aquí peyorativamente, porque este modelo familiar no sigue el modelo de familia "tradicional".
ResponderEliminarEstimad@ G:
ResponderEliminarEl Concilio Vaticano II intentó iluminar algunas mentes, pero no logró del todo, aún muchos permanecen en las cavernas y por esa razón quizas, son tan poco misericordiosos con el tratamiento que nos dan.
Ellos a lo suyo, nosotros a lo nuestro, máxime cuando nadie tiene el futuro comprado y cualquiera puede llegar a nuestra situación.
Recemos por los que nos discriminan, por lo que no nos comprendem, por los que nos tratan peyorativamente, pr que de ellos también es el Reino de los Cielos.