Nuestro solicitud de difusión, produjo algunas reacciones, tal es el caso sucedido en el blog AQUI ESTAMOS, donde tuvieron la ambilidad de publicar a modo de comentario lo que les enviamos (ver post UN SIMPLE PEDIDO) apartir de esto, se sucedieron las siguiente opiniones.
Dirigiendose al responsable del blog, Sangre Azul dijo:
¿No te parece escandaloso ese comentario?
A mí sí.
Nuestra respuesta para Sangre Azul es la siguiente:
Estimad@ Sangre Azul:
Lamentamos que nuestro escrito te parezca escandaloso.
Nuestra intención está muy lejos de causar escándalo, de todos modos mucho pero sería que te causara indiferencia, ya que el sentimiento que genera, si te adentraras en la problemática quizás pudieras tener una opinión diferente, o simplemente ratificarte en la actual, pero despojándola de aquello que te moleste.
Por último, Juan Ignacio, responsable del blog AQUI ESTAMOS, responde a Sangre Azul y a la Hna. Josefina (ver post siguiente) del siguiente modo:
Pues no sé si es escandaloso pero en caso de que lo fuera, quizás quede mejor "ubicado" si le sumo una opinión del blogger que lo autorizó, o sea, yo.
He cruzado hace tiempo unas líneas con Mundy y en base a ellas y a esto digo:
1) No me parece mal que alguien respete la enseñanza de la Iglesia pero busque que ... ... en cierta forma ella (la Iglesia) "considere cada vez más atentamente" el caso o situación en que dicha persona está involucrado; pero...
2) No parece muy coherente quien dice respetar las enseñanzas de la Iglesia en cuanto a su situación y luego hace una celebración de esa su situación; por otro lado...
3) No hay que ser ingenuo y pensar que el "considerar cada vez más atentamente la situación" impliquen cambios en cuestiones de fe inmutables.
4) Mundy me ha dicho, sin aclarar específicamente la fuente, que la Iglesia considera que puede absolver del pecado de separación (o considerar que no hay, no lo sé bien decir), si la nueva unión no es en la carne (¿digo bien?) y si hay arrepentimiento de lo realizado (condición del sacramento de la confesión). (¿Y propósito de enmienda?)
5) No pude tampoco (no busqué) aclarar esto por mi cuenta; sin embargo me manifestó Mundy que esa situación es de hecho muy peculiar por lo difícil de que suceda.
De hecho quien celebra un día de los separados en nueva unión no creo que esté arrepentido de haber roto la unión anterior.
Conclusiones:
1) Mundy, este día de celebración del que hablan, así como se ve o entiende, no parece muy atinado para un católico.
2) Mundy, sólo hablo de este punto particular; la situación de Uds. es muy compleja como para que yo pueda opinar más conociendo tan poco. Y ha de ser muy dura para quien se toma en serio la fe.
Saludos a todos.
¡Feliz Pascua de Resurrección!
COMENTARIO
Esta reflexión de Juan Ignacio, a modo de cierre del tema, nos parece sumamente interesante, por las siguientes razones.
1) Porque asume de modo directo, la responsabilidad en cuanto a la publicación.
2) Porque permite el debate, enriquecedor como todos, donde las opiniones no tienen porque coincidir, tal como es este caso, ya que en un mismo bloque desde nuestro pedido de difusión hasta sus conclusiones.
3) Es absolutamente cierto que en el pasado hemos intercambiado opiniones, lo cual puede verse en los posts NUEVAS DUDAS (17-01-09) TRATANDO DE QUITAR DUDAS (18-01-09) y MAS PREGUNTAS + MAS RESPUESTAS (19/01/09) los que recomendamos su relectura y los comentarios.
4) Es absolutamente respetable que vea incoherencias entre respetar las enseñanzas de la Iglesia y celebrar el día de los Divorciados en nueva unión, respecto de lo cual diremos:
a) Ratificamos de modo absoluto nuestra observancia a todo lo que la Iglesia nos impone como católicos, tanto en lo que hace a nuestra situación particular como la del resto de católicos en general.
b) Reivindicamos el valor del matrimonio como Sacramento, y lamentamos no haber sido capaces de llegar hasta que la muerte nos separara, tal como fue nuestro compromiso en el momento de dar el si, ante el Altar.
c) No propugnamos ni el divorcio ni ninguna cosa o situación que vaya contra los dictados de la Iglesia.
d) Revalorizamos las enseñanzas de SS Juan Pablo II a través de su EA Familiaris Consortio y de SS Benedicto XVI, quien vuelve a tratar el tema de nuestra situación y en ambas de modo inequívoco plantean que a pesar de nuestra situación, seguimos perteneciendo a la Iglesia.
5) No se trata de ser o no ser ingenuo, para entender que “considerar cada vez más atentamente la situación" incluye que se preste la tención a quienes vivimos esta problemática, incluye en forma objetiva que se ponga en práctica, lo que de modo claro y terminante SS Juan Pablo II plasma en el punto 84 de la Encíclica Familiaris Consortio y se recuerde (por citar sólo un párrafo) que: La Iglesia está firmemente convencida de que también quienes se han alejado del mandato del Señor y viven en tal situación pueden obtener de Dios la gracia de la conversión y de la salvación si perseveran en la oración, en la penitencia y en la caridad.
6) Para aclarar los puntos 4) y 5) del comentario de Juan Ignacio diremos algunas cosas afectos de completar la información suministrada oportunamente.
a) Efectivamente quienes se hayan separado o divorciado y no tengan una nueva unión y obviamente cumplan con todo lo que deben cumplir, pueden acceder sin ningún inconveniente a los sacramentos (ver EA FC - 83, c) Separados y divorciados no casados de nuevo)
b) En la misma EA FC – 84 se expresa que: “La reconciliación en el sacramento de la penitencia —que les abriría el camino al sacramento eucarístico…que cuando el hombre y la mujer, por motivos serios, —como, por ejemplo, la educación de los hijos— no pueden cumplir la obligación de la separación, «asumen el compromiso de vivir en plena continencia, o sea de abstenerse de los actos propios de los esposos».(180)”
7) En ningún caso la celebración del Día Interacional de los Católicos Divorciados en Nueva Unión, constituye un agravio a las primeras uniones, de las cuales en muchos casos, guardamos el mejor recuerdo que son nuestros hijos, lo que se prtende con esta celebración es encender una antorcha en la oscura noche en la cual algunos viven, por propia decisión y en otros casos por inducción deliberada.
8) La manifestación de su 1º conclusión, referido a la celebración (Día Internacional de los Católicos Divorciados en Nueva Unión) no le parece muy atinada y en esto disentimos, ya que dicha celebración está guiada por el compromiso y la aceptación de las imposiciones que la misma Iglesia determina, más allá del dolor espiritual que signifique no poder acceder a los sacramentos.
Situación absolutamente diferente sería sí haciendo caso omiso a los dictados, incumpliéramos lo que la misma Iglesia nos impone, en cuyo caso sería una situación de absoluta desobediencia, todo esto más allá de sea de mayor o menor agrado.
9) Obviamente que es un tema complejo como tantos otros, entre el que podemos mencionar el tan poco difundido de la Castidad Conyugal, el que como queda reservado a la intimidad de cada uno, no lleva una campanilla que lo anuncie, como sí sucede en cambio, con los divorciados en nueva unión.
9) Efectivamente es muy duro para quienes nos tomamos la fe en serio, aunque existen muchos otros elementos que hemos aprendido a descubrir y que gracias a la comprensión de muchos alivianan nuestra carga y nos abren las puertas de su corazón, aunque todavía debamos seguir esperando que la Encíclica Familiaris Consortio se aprendida y aprehendida en plenitud y no sólo en la parte que habla de la no admisión a los Sacramentos.
Le escribo por este medio, sin complejos ni pre conceptos pueriles, con la casi plena seguridad que Usted nunca llegará a enterarse del contenido de la presente, salvo que algún piadoso villenense, estudiante de doctorado, o algún otro visitante ocasional de la Santa Sede se la haga llegar, pero como decía un Santo nacido en Barbastro (Huelva): “Haz lo que debas, a...unque debas lo que hagas” y a eso vamos.
Me tomo el atrevimiento de dirigirme a Usted desde las antípodas del pensamiento (futbolísticamente hablando, obvio, aunque estemos en la B Nacional, Huracán, existe) tal como lo hice hace más de 10 años y en ese momento para mi sorpresa tuve una respuesta elocuente, nada de palabras huecas, nada de dilaciones estériles, actos concretos, hechos reales.
Bastó una Audiencia casi inmediata con el Obispo Auxiliar a cargo de la Pastoral Familiar en la Redonda de Belgrano y si no hubiera sido por mi cruzada del charco, seguramente desde varios años esa idea hubiera tomado cuerpo, hubiera visto la luz y, quizás, hoy muchos nos sentiríamos partícipes de un muy interesante ámbito de reflexión y contención.
Como no le di las gracias en su momento, tarde pero seguro, aprovecho la oportunidad para hacerlo. Nobleza obliga.
También le escribo desde el conocimiento, casi en primera persona, de sus apoyos a un hermoso y colorido movimiento, nacido en Palma de Mallorca y difundido en todo el mundo, con relación a una apertura muy acorde a los tiempos, aunque por razones estatutarias (obviamente modificables) no hayan considerado posibles sus sugerencias, ha sido otra verdadera lástima.
Se podría haber brindado contención y felicidad a muchos, pero las cosas son como son y quizás en el futuro la apertura, el aggiornamiento y la comprensión sean elementos que algunos puedan tener en cuenta y seguramente contarán con el respaldo de quienes corresponda.
Imagino, sin demasiada inteligencia, que el camino que deberá recorrer será cualquier cosa menos fácil, que como dice San Lucas en su capítulo 10, "la mies es mucha y los obreros pocos", al menos los que estén realmente dispuestos a poner cada cosa en su lugar, pero al aceptar la decisión del Cónclave eso ya lo sabía, así que ahora sólo resta hacer y confiar en la Divina Providencia.
Su estilo claro, cercano, agradable será un buen elemento para "caminar, edificar y confesar" como magistralmente nos ha señalado el derrotero y es dable creer que por esa huella será un desafío alucinante caminar, sin necesidad de demasiadas cosas extras.
Los temas siempre pendientes son muchos, todos importantes y según con quien uno hable o que periódico lea parece que todos necesitan una respuesta inmediata, ejemplarizante en algunos casos y de estricta justicia en otros, pero realmente cada cosa deberá esperar su turno y esa Iglesia a la medida de cada uno, esa Iglesia que reivindique al Evangelio según San Yo, esa Iglesia inmediatista del Llame Ya, es una Iglesia que no existe y que seguramente no existirá, así que no se preocupe, mientras tanto ladrarán y esa será la señal inequívoca que cabalgamos.
A pesar de todo me atreveré a llamar su atención en un tema que a varios, diseminados por todo el mundo, nos ha tocado la lamentable situación de romper nuestros matrimonios y en algunos casos la bendición de tener una nueva posibilidad y hemos encontrado en la Exhortación Apostólica Familiris Consortio una luz de esperanza, aunque luego de más 30 años de esa hermosa Encíclica de SS Juan Pablo II, quizás algo más se pueda hacer, tal como se ha planteado en varios Sínodos.
El acceso a los Sacramentos es pan de vida y bebida de salvación y aunque cueste creerlo, son muchos los famélicos que verían con sumo agrado que de una manera concreta se los tuviera en cuenta y para eso contamos con Usted, con su comprensión, con su cordialidad, con su buen hacer y recordando a San Mateo (7.7) resuena en los oídos, en el cerebro y en los corazones aquello de:”Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá” y esto renueva la ilusión y esperanza, esa segunda virtud teologal que algunas veces el ajetreo de lo cotidiano nos hace olvidar.
La Comunión Espiritual es reconfortante, es un paliativo hermoso, es un acto de cercanía que hace vibrar el cerebro y que acelera las pulsaciones, pero convengamos que no es lo mismo ni mucho menos y de eso pueden dar testimonio elocuente quienes a lo largo de los años se quedan de rodillas en los reclinatorios, con rostros compungidos y dolor en el corazón.
Sabemos que el camino será largo, que los obstáculos se multiplicarán a cada paso, que entre las urgencias de unos y la laxitud de otros algunas cosas se podrán complicar, pero también sabemos que si bien no hay rosas sin espinas, quizás algún día podamos decir que no hay espinas sin rosas.
Me despido con la inconmensurable convicción que: Cristo, cuenta contigo y nosotros con su Gracia.
Dios guarde a Su Santidad