Los sacerdotes de la parroquia a la que asistimos conocen perfectamente nuestra situación, nos ven los martes acompañando a nuestra hija a catequesis y los domingos, a todos juntos en misa, sin comulgar.
Hace poco le hice al párroco una propuesta.
Que le parecía si armábamos un grupo con cursillistas dentro de la parroquia, me pareció posible, en ningún momento nos hizo ningún cuestionamiento por la “situación irregular” y nos abrió las puertas de la parroquia de par en par.
Nos pidió que preparáramos “algo” para la reunión y es el documento que más adelante queremos compartir con todos ustedes.
Con esto sólo queremos destacar dos cosas, que tenemos el derecho y el deber de participar de la vida de la Iglesia, como dice la Encíclica Familiaris Consortio, y que para que eso se pueda dar hace falta las puertas se nos abran.
Todo esto, por que como dice el refrán. ¿Qué tiene que ...
... velocidad con tocino? o sea se puede estar divorciado, haber optado por una nueva unión y no por eso dejar de ser realmente laicos comprometidos.
El documento que compartiremos y esta reflexión, quizás nunca la hubiéramos publicado sino fuera por Salvador quien anunció en su blog Yo soy creyente católico, con mucha fuerza, con mucha alegría, con mucha convicción la salida del próximo cursillo, para lo cual ha pedido oraciones, palancas (¿así se llaman en España también?) y toda esas cosas que quienes hemos pasado por ese encuentro profundo, conocemos muy bien.
La lectura de su post nos ha dado a muchos de La Barca, la alegre sorpresa que comparten esa iniciativa varios a quienes conocemos (virtualmente, hablando) a través de nuestro blog, con lo cual se ratifica una vez más, que no importa el camino que elijamos, lo importante es el destino que nos guie.
Como palanca, para el cursillo de Junio, en Las Palmas, Islas Canarias (ESP) les enviamos este documento, que esperamos sea de vuestra utilidad.
CURSILLISTAS EN LA PARROQUIA
SITUACION GENERAL
La sociedad actual está fuertemente preocupada por la cuestión económica, peligros notorios de pérdidas de trabajo o ya habiéndolos perdido, las dudas crecen respecto a cuanto tiempo pasará hasta encontrar otro, con los consecuentes problemas que esa situación acarrea.
El desánimo, la angustia, la depresión se van apoderando aceleradamente cada día de más familias y en ese contexto, muchos necesitan algún apoyo espiritual, alguna palabra de aliento, un refugio para tantas adversidades y para eso, hay pocas cosas tan importantes y valederas como la comunidad.
Los medios de difusión apabullan con noticias, que tienden a modelar nuestro pensamiento, es lo que se denomina “abarrotamiento de información secundaria” dejando paso nuestra racionalidad a lo que vemos, leemos o escuchamos, cauterizando nuestra posibilidad de discernimiento y convirtiéndonos, muchas veces, en que somos lo que nos dicen.
Así nos interesamos en una “obra de arte” representada por una rana verde crucificada, o en la presentación de un afiche para el día internacional contra la violencia de género representada por una mujer desnuda simulando la crucifixión, o más recientemente con la polémica de publicidad en los buses respecto a la existencia o inexistencia de Dios, cuando en realidad las cosas deben pasar por otro lado.
Para intentar tender cables a tierra, un remanso a nuestros días, pocas cosas son importantes como la puesta en común en una comunidad, pero no una comunidad cualquiera, una comunidad orante, una comunidad con otros tipos de valores, como los que hemos recibido de numerosas formas, entre ellas a través del paso por el Cursillo.
Es sencillo ver como desde algunos ámbitos se tiende a homogeneizar la sociedad, de promover la difuminación de todo lo espiritual, de reservar las creencias para el muy íntimo ámbito de la Parroquia, de hacerlos seres aislados y obviamente poco solidarios y quienes tuvimos la bendición y la inmensa gracia de pasar por el Cursillo de Cristiandad, no podemos dejar pasar la oportunidad de dar contenido a lo mucho que pudo haber representado esa experiencia en nuestras vidas.
Esa llama que derramó el Espíritu Santo en nosotros, algunas veces, por las circunstancias de la vida, puede bajar su intensidad, quizás no todos sean asiduos concurrentes a las Ultreyas, quizás no todos tengan muy fresco todo aquello que un día los hizo emocionar, quizás no todos se sigan viendo con algunos que compartieron esas experiencias enriquecedoras y quizás, sólo quizás, pueda ser ésta una oportunidad para que recordando esos momentos, poder hacer cosas que nos nutran como comunidad.
FUTURO PROXIMO
Se avecinan, lamentablemente tiempos difíciles, y no sólo económicamente difíciles, en los cuales la parroquia necesitará de sus laicos más o menos comprometidos, ya que será esa la consecuencia de la necesidad de otros y por si fuera poco, no podemos dejar de pensar que algunos o muchos serían excelentes cursillistas y que hoy ni se les ocurre la idea o aún peor, quizás ni siquiera sepan lo hermoso que es el Cursillo.
En algunos sitios es bastante habitual, que se formen pequeños grupos o comunidades de cursillistas de la misma parroquia o del mismo colegio, ya que no todos asisten a encuentros más numerosas como las Ultreyas u otras actividades centrales.
El tener un grupo de cursillistas que en función de las necesidades y posibilidades que brinde una parroquia, es saludable a nivel individual, a nivel de comunidad y obviamente genera condiciones para que otros puedan interesarse por el MCC.
El intercambio de experiencias entre sus integrantes es sumamente enriquecedor, el conocimiento de actividades que se desarrollan a nivel central es realmente positivo, el enterarse de eventos trascendentes abre la posibilidad de participación y la comunicación entre todos es un elemento indispensable para uno de los objetivos del Cursillo, que es la evangelización de los ambientes.
Nuestro propio metro cuadrado, nuestra familia, cuna de la iglesia domestica, muchas veces se beneficia con nuestra alegría, con el encontrar un ámbito de reflexión y paz interior, máxime en estos momentos, en los cuales muchos están un poco confundidos.
NOSOTROS Y LA IGLESIA
La Iglesia somos todos y a los ojos de Dios todos somos iguales, pero quienes hemos pasado por la experiencia de Cursillos, tenemos una dicha especial y también un compromiso especial, cuanto menos el de trasmitir en los ambientes más cercanos la buena nueva y la idea de reunirnos puede ser interpretada simplemente como una posada en medio del camino, un sitio de descanso donde recobrar fuerzas y luego cada uno a lo suyo.
Nadie se molestará por recibir un llamado el día de su santo o de su cumpleaños, nadie se molestará por recibir una información de algo especial, sólo por citar algunas cosas, pero se puede hacer mucho, mucho más, todo lo más que se quiera hacer, eso dependerá de cada uno.
A algunos le alcanzará con unas cosas y a otros con otras, pero tener un espacio donde encontrar iguales no le hace mal a nadie y tenemos muchas cosas que nos identifican, entre ellas el valor de una experiencia igual o parecida que quizás nos haya marcado, aunque el momento o el lugar no necesariamente hayan coincidido.
El 3er Encuentro Mundial, celebrado en Palma de Mallorca en 1972, definió en forma oficial al Movimiento de Cursillos de Cristiandad como:
Un Movimiento de Iglesia que, mediante un método propio, posibilita la vivencia y la convivencia de lo Fundamental Cristiano, en orden a crear núcleos de cristianos que vayan fermentando de evangelio los ambientes, ayudando a descubrir y a realizar la vocación personal, con respeto de la misma.
Simplemente de eso se trata, de dinamizar un núcleo de cristianos que fermenten el evangelio en los ambientes, nada más, nada menos.
Para esto es la convocatoria, lo demás queda abierto a las ideas de cada uno.
¡¡¡ D E C O L O R E S !!!
Le escribo por este medio, sin complejos ni pre conceptos pueriles, con la casi plena seguridad que Usted nunca llegará a enterarse del contenido de la presente, salvo que algún piadoso villenense, estudiante de doctorado, o algún otro visitante ocasional de la Santa Sede se la haga llegar, pero como decía un Santo nacido en Barbastro (Huelva): “Haz lo que debas, a...unque debas lo que hagas” y a eso vamos.
Me tomo el atrevimiento de dirigirme a Usted desde las antípodas del pensamiento (futbolísticamente hablando, obvio, aunque estemos en la B Nacional, Huracán, existe) tal como lo hice hace más de 10 años y en ese momento para mi sorpresa tuve una respuesta elocuente, nada de palabras huecas, nada de dilaciones estériles, actos concretos, hechos reales.
Bastó una Audiencia casi inmediata con el Obispo Auxiliar a cargo de la Pastoral Familiar en la Redonda de Belgrano y si no hubiera sido por mi cruzada del charco, seguramente desde varios años esa idea hubiera tomado cuerpo, hubiera visto la luz y, quizás, hoy muchos nos sentiríamos partícipes de un muy interesante ámbito de reflexión y contención.
Como no le di las gracias en su momento, tarde pero seguro, aprovecho la oportunidad para hacerlo. Nobleza obliga.
También le escribo desde el conocimiento, casi en primera persona, de sus apoyos a un hermoso y colorido movimiento, nacido en Palma de Mallorca y difundido en todo el mundo, con relación a una apertura muy acorde a los tiempos, aunque por razones estatutarias (obviamente modificables) no hayan considerado posibles sus sugerencias, ha sido otra verdadera lástima.
Se podría haber brindado contención y felicidad a muchos, pero las cosas son como son y quizás en el futuro la apertura, el aggiornamiento y la comprensión sean elementos que algunos puedan tener en cuenta y seguramente contarán con el respaldo de quienes corresponda.
Imagino, sin demasiada inteligencia, que el camino que deberá recorrer será cualquier cosa menos fácil, que como dice San Lucas en su capítulo 10, "la mies es mucha y los obreros pocos", al menos los que estén realmente dispuestos a poner cada cosa en su lugar, pero al aceptar la decisión del Cónclave eso ya lo sabía, así que ahora sólo resta hacer y confiar en la Divina Providencia.
Su estilo claro, cercano, agradable será un buen elemento para "caminar, edificar y confesar" como magistralmente nos ha señalado el derrotero y es dable creer que por esa huella será un desafío alucinante caminar, sin necesidad de demasiadas cosas extras.
Los temas siempre pendientes son muchos, todos importantes y según con quien uno hable o que periódico lea parece que todos necesitan una respuesta inmediata, ejemplarizante en algunos casos y de estricta justicia en otros, pero realmente cada cosa deberá esperar su turno y esa Iglesia a la medida de cada uno, esa Iglesia que reivindique al Evangelio según San Yo, esa Iglesia inmediatista del Llame Ya, es una Iglesia que no existe y que seguramente no existirá, así que no se preocupe, mientras tanto ladrarán y esa será la señal inequívoca que cabalgamos.
A pesar de todo me atreveré a llamar su atención en un tema que a varios, diseminados por todo el mundo, nos ha tocado la lamentable situación de romper nuestros matrimonios y en algunos casos la bendición de tener una nueva posibilidad y hemos encontrado en la Exhortación Apostólica Familiris Consortio una luz de esperanza, aunque luego de más 30 años de esa hermosa Encíclica de SS Juan Pablo II, quizás algo más se pueda hacer, tal como se ha planteado en varios Sínodos.
El acceso a los Sacramentos es pan de vida y bebida de salvación y aunque cueste creerlo, son muchos los famélicos que verían con sumo agrado que de una manera concreta se los tuviera en cuenta y para eso contamos con Usted, con su comprensión, con su cordialidad, con su buen hacer y recordando a San Mateo (7.7) resuena en los oídos, en el cerebro y en los corazones aquello de:”Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá” y esto renueva la ilusión y esperanza, esa segunda virtud teologal que algunas veces el ajetreo de lo cotidiano nos hace olvidar.
La Comunión Espiritual es reconfortante, es un paliativo hermoso, es un acto de cercanía que hace vibrar el cerebro y que acelera las pulsaciones, pero convengamos que no es lo mismo ni mucho menos y de eso pueden dar testimonio elocuente quienes a lo largo de los años se quedan de rodillas en los reclinatorios, con rostros compungidos y dolor en el corazón.
Sabemos que el camino será largo, que los obstáculos se multiplicarán a cada paso, que entre las urgencias de unos y la laxitud de otros algunas cosas se podrán complicar, pero también sabemos que si bien no hay rosas sin espinas, quizás algún día podamos decir que no hay espinas sin rosas.
Me despido con la inconmensurable convicción que: Cristo, cuenta contigo y nosotros con su Gracia.
Dios guarde a Su Santidad
Acabo de ver tu post y te doy las gracias por tu generosa participación. Puedes enviar la carta a la dirección que he puesto en el post, porque la leeré en el Cursillo. Testimonios así hacen comunidad, Mundy, y la Iglesia está necesitada de verdaderas comunidades, reunión de grupo, que fermenten los ambientes de criterios cristianos y congreguen en la gran Comunidad que es la Parroquia y la Iglesia.
ResponderEliminarElevo mis oraciones, en XTO.JESÚS, al PADRE para que les ilumine y encuentren el camino de regreso a la Casa del PADRE en plenitud con su Voluntad.
Voy a copiar el vídeo, con tu permiso, para ponerlo en el post. Me ha gustado mucho.
Un abrazo para todos ustedes en XTO.JESÚS, hermanos.
Se me olvido decirte que puedes hacer un enlace de este post en mi entrada.
ResponderEliminarUn abrazo.
He hecho un dos comentarios, pero no sé donde pueden estar.
ResponderEliminarMe refiero al vídeo que tienes en este post de la canción de colores. Te he pedido permiso y lo he pegado en el mío, donde anuncio el Cursillo.
No sé si te refieres a esa música, cuando hablas de que he puesto música en mi post.
Un abrazo.