Si hubiéramos tenido la dirección de tu correo electrónico, en vez de leerlo como un post lo hubieras visto como un simple mail, pero como eso es muy difícil que suceda, queremos que te enteres lo que te hubiÉramos querido enviar.
Nuestro mail diría:
Queridos amigos:
Les escribimos para contarles de alguna necesidad que tenemos, por lo que esperamos vuestra ayuda.
No se trata de nada material, simplemente de compartir, de ayuda para avanzar, para no detener el ritmo de la marcha
Nuestra necesidad pasa concretamente por el blog, el cual con algún esfuerzo y con muchas limitaciones le fuimos dando forma y hoy es algo que existe y se visita desde 37 países en los últimos 100 días (de antes no tenemos estadísticas)
En algunos lugares creemos que sólo ha sido de casualidad aunque uno nunca sabe, pero en otros, la gran mayoría, las visitas se repiten con lo cual el tema va creciendo.
En algo más de un mes celebraremos el Día Internacional de los Católicos Divorciados en Nueva Unión, una propuesta de La Barca, que ya está en su 8º mes de gestación y ansiosos esperamos el día, como quien espera ...
... el nacimiento y eso es un verdadero motivo de alegría que queremos compartir, ya que TODOS seremos padres de esta criatura.
Hace algo más de 8 meses que La Barca dejó de ser un sueño para convertirse en una realidad que a través de Internet y con aporte de intelectual y testimonial de varios llegó a muchos lugares que nunca habíamos imaginado.
La red ha sido un ámbito privilegiado y varios sitios nos dieron un espacio que desde luego agradecemos, lo cual pueden verificarlo en Google, si ponen “labarcaglobal”, verán algo más de 1.000 sitios donde aparece, si buscan "día internacional de los católicos divorciados en nueva unión", lo verán en más 430 sitios, con publicaciones en diferentes países.
Pero con esto no alcanza.
Necesitamos que nos ayuden, que nos envíen noticias, que hagan comentarios (pueden ser anónimos) que nos sugieran ideas, que nos manden Power Points, para publicar en REFLEXIONES, el otro blog que hemos creado, que nos recomienden artículos, que nos sugieran libros, que hagan lo aquellos que se les ocurra porque La Barca es tuya.
En pocas palabras que se involucren.
Ese será un modo de llegar a más gente, que el tema mantenga la vigencia y la presencia en los medios, que alguien se ocupe en revisar algunas cosas, aunque no lo duden que siempre aparece algún obispo o cardenal que habla de nuestra situación, aunque se le dé bastante poca prensa.
Quizás a esta altura piensen, estos tipos tienen la cabeza fresca, y hasta quizás tengan razón, pero si recuerdan, de este mismo modo fue como nos fuimos conociendo y con alguno que nos conocíamos desde antes, jamás habíamos hablo hablado de estos temas, ya que teníamos una relación determinada por otros temas.
¿Quién no tiene un amigo, conocido, vecino, pariente, compañero de trabajo, etc. que esté en esta situación? Seguro que todos, si le hablan de La Barca, quizás les pueda servir.
Cuando se reúnan con su grupo (si lo tienen) recuerden que en La Barca tienen un lugar donde difundir todas las actividades sin ningún inconveniente y si no tienen un ámbito de reflexión, consulten con los sacerdotes de sus parroquia y ofrézcanle La Barca como material de discusión, quizás puedan convocar a otros y plasmar algo.
Por supuesto que si tienen ganas de involucrarse realmente, es mucho lo que se puede hacer, pero eso lo dejamos para otra oportunidad.
Recuerden que los necesitamos, pero no nosotros nada más, seguro que hay muchos otros a quienes nunca conoceremos que recibirán con alegría la noticia que hay más gente en su misma condición y aparte todo lo grande y lo importante, nació de lo poco.
La primera etapa esta en marcha, casi 40 países, casi 400 posts publicados, más de 4.000 visitas reales, eso es lo que tenemos, bastante, pero insuficiente.
Para que nos presten atención hace falta más y si nos ayudan estaremos más cerca, hasta en una de esas vemos, los frutos.
Cuantos más seamos, mejor nos podremos presentar en sociedad y recuerden que La Barca es quizás el único blog hecho por y para católicos divorciados en nueva unión de todo el mundo que tiene sin ser el órgano de difusión de ningún movimiento, nació con un solo objetivo: servir de una forma aggiornada y misericordiosa, sin ningún tipo de censuras.
Los esperamos, lo necesitamos.
Un abrazo.
Le escribo por este medio, sin complejos ni pre conceptos pueriles, con la casi plena seguridad que Usted nunca llegará a enterarse del contenido de la presente, salvo que algún piadoso villenense, estudiante de doctorado, o algún otro visitante ocasional de la Santa Sede se la haga llegar, pero como decía un Santo nacido en Barbastro (Huelva): “Haz lo que debas, a...unque debas lo que hagas” y a eso vamos.
Me tomo el atrevimiento de dirigirme a Usted desde las antípodas del pensamiento (futbolísticamente hablando, obvio, aunque estemos en la B Nacional, Huracán, existe) tal como lo hice hace más de 10 años y en ese momento para mi sorpresa tuve una respuesta elocuente, nada de palabras huecas, nada de dilaciones estériles, actos concretos, hechos reales.
Bastó una Audiencia casi inmediata con el Obispo Auxiliar a cargo de la Pastoral Familiar en la Redonda de Belgrano y si no hubiera sido por mi cruzada del charco, seguramente desde varios años esa idea hubiera tomado cuerpo, hubiera visto la luz y, quizás, hoy muchos nos sentiríamos partícipes de un muy interesante ámbito de reflexión y contención.
Como no le di las gracias en su momento, tarde pero seguro, aprovecho la oportunidad para hacerlo. Nobleza obliga.
También le escribo desde el conocimiento, casi en primera persona, de sus apoyos a un hermoso y colorido movimiento, nacido en Palma de Mallorca y difundido en todo el mundo, con relación a una apertura muy acorde a los tiempos, aunque por razones estatutarias (obviamente modificables) no hayan considerado posibles sus sugerencias, ha sido otra verdadera lástima.
Se podría haber brindado contención y felicidad a muchos, pero las cosas son como son y quizás en el futuro la apertura, el aggiornamiento y la comprensión sean elementos que algunos puedan tener en cuenta y seguramente contarán con el respaldo de quienes corresponda.
Imagino, sin demasiada inteligencia, que el camino que deberá recorrer será cualquier cosa menos fácil, que como dice San Lucas en su capítulo 10, "la mies es mucha y los obreros pocos", al menos los que estén realmente dispuestos a poner cada cosa en su lugar, pero al aceptar la decisión del Cónclave eso ya lo sabía, así que ahora sólo resta hacer y confiar en la Divina Providencia.
Su estilo claro, cercano, agradable será un buen elemento para "caminar, edificar y confesar" como magistralmente nos ha señalado el derrotero y es dable creer que por esa huella será un desafío alucinante caminar, sin necesidad de demasiadas cosas extras.
Los temas siempre pendientes son muchos, todos importantes y según con quien uno hable o que periódico lea parece que todos necesitan una respuesta inmediata, ejemplarizante en algunos casos y de estricta justicia en otros, pero realmente cada cosa deberá esperar su turno y esa Iglesia a la medida de cada uno, esa Iglesia que reivindique al Evangelio según San Yo, esa Iglesia inmediatista del Llame Ya, es una Iglesia que no existe y que seguramente no existirá, así que no se preocupe, mientras tanto ladrarán y esa será la señal inequívoca que cabalgamos.
A pesar de todo me atreveré a llamar su atención en un tema que a varios, diseminados por todo el mundo, nos ha tocado la lamentable situación de romper nuestros matrimonios y en algunos casos la bendición de tener una nueva posibilidad y hemos encontrado en la Exhortación Apostólica Familiris Consortio una luz de esperanza, aunque luego de más 30 años de esa hermosa Encíclica de SS Juan Pablo II, quizás algo más se pueda hacer, tal como se ha planteado en varios Sínodos.
El acceso a los Sacramentos es pan de vida y bebida de salvación y aunque cueste creerlo, son muchos los famélicos que verían con sumo agrado que de una manera concreta se los tuviera en cuenta y para eso contamos con Usted, con su comprensión, con su cordialidad, con su buen hacer y recordando a San Mateo (7.7) resuena en los oídos, en el cerebro y en los corazones aquello de:”Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá” y esto renueva la ilusión y esperanza, esa segunda virtud teologal que algunas veces el ajetreo de lo cotidiano nos hace olvidar.
La Comunión Espiritual es reconfortante, es un paliativo hermoso, es un acto de cercanía que hace vibrar el cerebro y que acelera las pulsaciones, pero convengamos que no es lo mismo ni mucho menos y de eso pueden dar testimonio elocuente quienes a lo largo de los años se quedan de rodillas en los reclinatorios, con rostros compungidos y dolor en el corazón.
Sabemos que el camino será largo, que los obstáculos se multiplicarán a cada paso, que entre las urgencias de unos y la laxitud de otros algunas cosas se podrán complicar, pero también sabemos que si bien no hay rosas sin espinas, quizás algún día podamos decir que no hay espinas sin rosas.
Me despido con la inconmensurable convicción que: Cristo, cuenta contigo y nosotros con su Gracia.
Dios guarde a Su Santidad
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