Esto nos pasó ayer por la noche y hoy queremos compartirlo, quizás puedan vivirlo en carne propia y quizás también experimenten lo mismo que nosotros.
Pasaron los niños primero, en fila de a uno, acercándose en silencio hasta encontrarse con el Sacerdote que los esperaba en el altar.
Era la primera vez de nuestra hija y también la de muchos pequeños que, como ella, están preparando su corazón, para que Jesús se incorpore de una manera distinta en sus vidas.
Era la Imposición de las Cenizas, el Sacerdote con su pulgar derecho haciendo la señal de la cruz en la frente de cada uno, ante la mirada emocionada de los pocos los padres que acompañábamos la celebración.
Al finalizar con los niños ...
... el Sacerdote invitó a los padres para que se acercaran y nosotros picamos en punta, ni Michael Schumacher ni Fernando Alonso nos hubieran ganado y por el pasillo central, ese que sólo transitamos para llegar hasta los bancos y sentarnos, estábamos nosotros, como nunca, emocionados, casi temblando a pesar de nuestra edad, los nervios hacían que nuestras rodillas no paraban de moverse, parecíamos bailarines de Charleston.
Ver el Altar de frente, ver al Sacerdote de frente, tenerlo a pocos centímetros y sentir su pulgar con las cenizas bendecidas, imponiéndolas sobre nuestra frente, fue algo maravilloso, como cuando el niño juntó su dedo índice con el dedo de ET (el extraterrestre)
Volvimos al banco, nos arrodillamos y dimos gracias a Dios por el momento que habíamos vivido, le dimos gracias a Dios por habernos hecho estar en el lugar justo en el momento indicado, podríamos haber dejado a nuestra hija en la puerta de la Parroquia y habernos marchado, pero “algo” nos hizo quedar.
Desde ese momento hasta la finalización de la celebración, un frío nervioso me cruzó todo el cuerpo, era la duda de si habíamos hecho lo correcto, o si ese deseo incontenible, reprimido durante más de 15 años, nos había jugado una mala pasada.
Una extraña sensación provocadappor la ignorancia, combinada con el cargo de conciencia de quien a hecho una posible travesura, ese el sentimeinto que nos embargaba.
Buscamos al párroco, le recordamos nuestra situación, que obviamente la conoce desde hace mucho tiempo y le preguntamos si habíamos cometido un error, si nuestro deseo de marchar por una vez camino hacia al altar, como cuando comulgábamos estaba mal, si habíamos infringido alguna norma, si debíamos arrepentirnos por ello.
El párroco, con la dulzura que dan los años, me anticipó su respuesta con dos gestos, más que suficiente, pasó su brazo por mi espalda y lo llevó hasta mi hombro y me regaló una sonrisa, no necesitaba palabras, había entendido.
Pero mi rostro quizás diría otra cosa, mi corazón esperaba más, quizás demasiado y me entendió.
Me dijo: tranquilo, de comulgar nada, del resto todo.
Quizás no sean las palabras textuales de su respuesta, da igual, nos fuimos contentos, felices, emocionados, esperanzados, satisfechos, como cuando 25 años atrás habíamos visto ET, el extraterrestre.
Adriana y Mundy
Le escribo por este medio, sin complejos ni pre conceptos pueriles, con la casi plena seguridad que Usted nunca llegará a enterarse del contenido de la presente, salvo que algún piadoso villenense, estudiante de doctorado, o algún otro visitante ocasional de la Santa Sede se la haga llegar, pero como decía un Santo nacido en Barbastro (Huelva): “Haz lo que debas, a...unque debas lo que hagas” y a eso vamos.
Me tomo el atrevimiento de dirigirme a Usted desde las antípodas del pensamiento (futbolísticamente hablando, obvio, aunque estemos en la B Nacional, Huracán, existe) tal como lo hice hace más de 10 años y en ese momento para mi sorpresa tuve una respuesta elocuente, nada de palabras huecas, nada de dilaciones estériles, actos concretos, hechos reales.
Bastó una Audiencia casi inmediata con el Obispo Auxiliar a cargo de la Pastoral Familiar en la Redonda de Belgrano y si no hubiera sido por mi cruzada del charco, seguramente desde varios años esa idea hubiera tomado cuerpo, hubiera visto la luz y, quizás, hoy muchos nos sentiríamos partícipes de un muy interesante ámbito de reflexión y contención.
Como no le di las gracias en su momento, tarde pero seguro, aprovecho la oportunidad para hacerlo. Nobleza obliga.
También le escribo desde el conocimiento, casi en primera persona, de sus apoyos a un hermoso y colorido movimiento, nacido en Palma de Mallorca y difundido en todo el mundo, con relación a una apertura muy acorde a los tiempos, aunque por razones estatutarias (obviamente modificables) no hayan considerado posibles sus sugerencias, ha sido otra verdadera lástima.
Se podría haber brindado contención y felicidad a muchos, pero las cosas son como son y quizás en el futuro la apertura, el aggiornamiento y la comprensión sean elementos que algunos puedan tener en cuenta y seguramente contarán con el respaldo de quienes corresponda.
Imagino, sin demasiada inteligencia, que el camino que deberá recorrer será cualquier cosa menos fácil, que como dice San Lucas en su capítulo 10, "la mies es mucha y los obreros pocos", al menos los que estén realmente dispuestos a poner cada cosa en su lugar, pero al aceptar la decisión del Cónclave eso ya lo sabía, así que ahora sólo resta hacer y confiar en la Divina Providencia.
Su estilo claro, cercano, agradable será un buen elemento para "caminar, edificar y confesar" como magistralmente nos ha señalado el derrotero y es dable creer que por esa huella será un desafío alucinante caminar, sin necesidad de demasiadas cosas extras.
Los temas siempre pendientes son muchos, todos importantes y según con quien uno hable o que periódico lea parece que todos necesitan una respuesta inmediata, ejemplarizante en algunos casos y de estricta justicia en otros, pero realmente cada cosa deberá esperar su turno y esa Iglesia a la medida de cada uno, esa Iglesia que reivindique al Evangelio según San Yo, esa Iglesia inmediatista del Llame Ya, es una Iglesia que no existe y que seguramente no existirá, así que no se preocupe, mientras tanto ladrarán y esa será la señal inequívoca que cabalgamos.
A pesar de todo me atreveré a llamar su atención en un tema que a varios, diseminados por todo el mundo, nos ha tocado la lamentable situación de romper nuestros matrimonios y en algunos casos la bendición de tener una nueva posibilidad y hemos encontrado en la Exhortación Apostólica Familiris Consortio una luz de esperanza, aunque luego de más 30 años de esa hermosa Encíclica de SS Juan Pablo II, quizás algo más se pueda hacer, tal como se ha planteado en varios Sínodos.
El acceso a los Sacramentos es pan de vida y bebida de salvación y aunque cueste creerlo, son muchos los famélicos que verían con sumo agrado que de una manera concreta se los tuviera en cuenta y para eso contamos con Usted, con su comprensión, con su cordialidad, con su buen hacer y recordando a San Mateo (7.7) resuena en los oídos, en el cerebro y en los corazones aquello de:”Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá” y esto renueva la ilusión y esperanza, esa segunda virtud teologal que algunas veces el ajetreo de lo cotidiano nos hace olvidar.
La Comunión Espiritual es reconfortante, es un paliativo hermoso, es un acto de cercanía que hace vibrar el cerebro y que acelera las pulsaciones, pero convengamos que no es lo mismo ni mucho menos y de eso pueden dar testimonio elocuente quienes a lo largo de los años se quedan de rodillas en los reclinatorios, con rostros compungidos y dolor en el corazón.
Sabemos que el camino será largo, que los obstáculos se multiplicarán a cada paso, que entre las urgencias de unos y la laxitud de otros algunas cosas se podrán complicar, pero también sabemos que si bien no hay rosas sin espinas, quizás algún día podamos decir que no hay espinas sin rosas.
Me despido con la inconmensurable convicción que: Cristo, cuenta contigo y nosotros con su Gracia.
Dios guarde a Su Santidad
QUERIDOS MUNDY Y ADRIANA:
ResponderEliminarME HE PUESTO MUY CONTENTA AL LEER EL ARTICULO SOBRE MIERCOLES DE CENIZA QUE HAN VIVIDO.SE QUE ERES PERSONA DE GRAN FE. DIOS TE HA PREMIADO, POR VUESTRA LUCHA. SE LO MERECEN EN TODO SENTIDO, VUESTRA VIDA,
VUESTRA GRAN FE Y POR LOS FRUTOS. GRACIAS POR HABER COMPARTIDO CON USTEDES ESTE MIERCOLES DE CENIZA.
QUE DIOS LOS SIGA COLMANDO DE BENDICIONES.
ROSA
Hola queridos amigos de la Barca,
ResponderEliminarEstoy muy agradecida con Dios por haberlos encontrado en la web.
Quisiera ser breve para no aburrirles con mi caso...
Toda mi vida he sido una persona que por una u otra razon ha arrastrado algunas inseguridades, además de la falta de expresión de cariño en la familia y otras mas.
Tuve en mi vida 2 o 3 novios. Y por ultimo conoci a la persona con la cual comparto mi vida hoy, y con quien tengo dos hijas hermosisimas.
El está en tramite de divorcio civil, yo nunca me he casado...el se caso tambien por la iglesia a la edad de 18-19 años, muy joven y lo hizo por salir de su casa...
Siempre he querido estar bien con Dios y hacer el bien y me he topado con ese sentimiento nuevamente de rechazo, que me hace de nuevo sentirme insegura al sentir que por estar en adulterio somos una clase mas abajo en la iglesia. No podemos ser padrinos, no podemos comulgar...y quien sabe que cosas mas...
Nuestra relación no es perfecta, pero tratamos de llevar una vida digna e inculcarles a nuestras hijas el amor de Dios...pero no deja de vagar por mi mente esa idea terrible de que la Iglesia nos hace de lado....
Tampoco quisiera buscar otra iglesia, no creo que sea la solución...pero no me considero una mala persona....me ire al infierno por esto? Tengo que dejar a mi esposo a quien amo para volver a estar bien con Dios...hay muchas cosas que no logro entender....
Muchas gracias por existir y darme al menos una esperanza de no sentirme tan desolada, de no sentirme en lo más bajo del escalon...amo a mi familia, son lo mejor de mi vida...y lo mas sagrado para mi...
Un saludo a la distancia.
Una amiga.