Hace algunos días, desde Chile, Carlos tuvo la gentileza de dejarnos un mensaje en nuestro Libro de Visitas, lo cual es muy importante por lo que dice y por lo que extraemos de sus palabras.
Nos decía:
Obviamente, tras cada separación de un matrimonio, se esconde el dolor del fracaso, y de días, meses, y a veces años de angustia y lucha por sobrevivir a la desesperanza de ambos, o de uno de los cónyuges.
Tras una separación, hay una historia distinta. Ninguna historia es igual.
Sólo los une el fracaso de un proyecto de vida.
La Iglesia tiene también, según el Derecho Canónico, puertas abiertas para anular un matrimonio que no germinó, y las causales son muy amplias.
Creo que éste es un camino a investigar también.
Saludamos con afecto a las parejas divorciadas y las acompañamos en su peregrinar.
A la vez, las instamos a colaborar con su experiencia, para que muchos matrimonios se nutran de sus vivencias, para evitar las crisis definitorias.
Les saludo en el Señor.
PD: Nos sugiere que agreguemos aportes para el fortalecimiento de los matrimonio, con vivencias y ante nuestra pregunta si podemos contar con él, nos dice que si
Le contestamos del siguiente modo:
Estimado Carlos:
Antes que nada, discúlpanos por no haberte contestado antes, aunque nosotros no nos perdonemos.
Prepararemos un post con tu comentario y lo publicaremos y con respecto a que podemos contar contigo, te lo agradecemos, por lo que te invitamos que nos escribas (labarca@ymail.com) y no dudes que podrás hacer en el blog todo lo creas posible, con el único límite que imponga tu propia decisión.
No te pedimos que nos creas, ya esto se dice siempre y muy pocas veces se cumple, sólo te pedimos que pruebes, te estamos esperando, porque La Barca, es tuya.
COMENTARIO
De este mensaje, extraemos varias conclusiones:
I) Es inconcebible que entre que recibimos este mensaje y que lo hayamos visto, hayan pasado 8 días.
II) Es un llamado de atención, para nosotros en particular y para todos en general, que nadie nos haya escrito diciéndonos, ¿Cómo puede ser que no le contesten? Un llamado de atención, no nos viene nada mal y nos ayudará a mejorar.
III) Diariamente recibimos visitas de quienes ya nos han visitado (y nuevos también) y son pocos, realmente pocos los que dejan comentarios, opiniones (buenas o malas) y eso conspira contra capacidad de mejorar día a día, algo así como trabajáramos en un comedor de Cáritas donde la gente no acude a comer o peor aún, si acude y ni siquiera nos saluda, no nos dice si la comida le gusta o si preferirían alguna otra cosa ¿Cómo saber si quien cocina lo hace bien?
IV) Nuestra respuesta a Carlos, lleva implícita un mensaje para todos, una convocatoria a compartir vida, ya que de eso se trata, a cada uno brinde un poco de si, de sus vivencias, de sus ideas, de sus proyectos, para todos nos podamos reconfortar con sus alegrías o solidarizarnos con sus tristezas.
V) Finalmente, a Carlos y a todos los que nos visitan y quieren estar unidos en este proyecto, les damos algunas opciones, elijan las que quieran, alguna todas o propongan otras, en La Barca, somos abiertos y no censuramos nada, se nos ocurren las siguientes:
Pueden:
* Enviar testimonios, dudas, proyectos, fotos, noticias, etc.
* Enviar comentarios a cualquier post, no necesariamente al último, puede ser al primero o al que se les ocurra, siempre los publicaremos.
* Dejar mensajes en el Libro de Visitas.
* Participar en las Encuestas y propones otros temas para que los incluyamos como preguntas abiertas.
* Compartir fechas o sucesos importantes (nacimientos, cumpleaños, graduaciones, casamientos, etc.)
* Enviar presentaciones de Power Point, las que publicaremos en REFLEXIONES (www.labarcafw.blogspot.com)
* Difundir actividades de grupos pastorales o encuentros que se estén por realizar o que se hayan realizado en vuestras parroquias o países.
* Estamos abiertos a todo aquello que de un modo u otro tenga algo que ver con los católicos divorciados en nueva unión de todo el mundo.
* Sólo falta que, entre todos, hagamos de La Barca un espacio de encuentro virtual, donde unidos por la fe, podamos recorrer un camino hacia Salvación.
Le escribo por este medio, sin complejos ni pre conceptos pueriles, con la casi plena seguridad que Usted nunca llegará a enterarse del contenido de la presente, salvo que algún piadoso villenense, estudiante de doctorado, o algún otro visitante ocasional de la Santa Sede se la haga llegar, pero como decía un Santo nacido en Barbastro (Huelva): “Haz lo que debas, a...unque debas lo que hagas” y a eso vamos.
Me tomo el atrevimiento de dirigirme a Usted desde las antípodas del pensamiento (futbolísticamente hablando, obvio, aunque estemos en la B Nacional, Huracán, existe) tal como lo hice hace más de 10 años y en ese momento para mi sorpresa tuve una respuesta elocuente, nada de palabras huecas, nada de dilaciones estériles, actos concretos, hechos reales.
Bastó una Audiencia casi inmediata con el Obispo Auxiliar a cargo de la Pastoral Familiar en la Redonda de Belgrano y si no hubiera sido por mi cruzada del charco, seguramente desde varios años esa idea hubiera tomado cuerpo, hubiera visto la luz y, quizás, hoy muchos nos sentiríamos partícipes de un muy interesante ámbito de reflexión y contención.
Como no le di las gracias en su momento, tarde pero seguro, aprovecho la oportunidad para hacerlo. Nobleza obliga.
También le escribo desde el conocimiento, casi en primera persona, de sus apoyos a un hermoso y colorido movimiento, nacido en Palma de Mallorca y difundido en todo el mundo, con relación a una apertura muy acorde a los tiempos, aunque por razones estatutarias (obviamente modificables) no hayan considerado posibles sus sugerencias, ha sido otra verdadera lástima.
Se podría haber brindado contención y felicidad a muchos, pero las cosas son como son y quizás en el futuro la apertura, el aggiornamiento y la comprensión sean elementos que algunos puedan tener en cuenta y seguramente contarán con el respaldo de quienes corresponda.
Imagino, sin demasiada inteligencia, que el camino que deberá recorrer será cualquier cosa menos fácil, que como dice San Lucas en su capítulo 10, "la mies es mucha y los obreros pocos", al menos los que estén realmente dispuestos a poner cada cosa en su lugar, pero al aceptar la decisión del Cónclave eso ya lo sabía, así que ahora sólo resta hacer y confiar en la Divina Providencia.
Su estilo claro, cercano, agradable será un buen elemento para "caminar, edificar y confesar" como magistralmente nos ha señalado el derrotero y es dable creer que por esa huella será un desafío alucinante caminar, sin necesidad de demasiadas cosas extras.
Los temas siempre pendientes son muchos, todos importantes y según con quien uno hable o que periódico lea parece que todos necesitan una respuesta inmediata, ejemplarizante en algunos casos y de estricta justicia en otros, pero realmente cada cosa deberá esperar su turno y esa Iglesia a la medida de cada uno, esa Iglesia que reivindique al Evangelio según San Yo, esa Iglesia inmediatista del Llame Ya, es una Iglesia que no existe y que seguramente no existirá, así que no se preocupe, mientras tanto ladrarán y esa será la señal inequívoca que cabalgamos.
A pesar de todo me atreveré a llamar su atención en un tema que a varios, diseminados por todo el mundo, nos ha tocado la lamentable situación de romper nuestros matrimonios y en algunos casos la bendición de tener una nueva posibilidad y hemos encontrado en la Exhortación Apostólica Familiris Consortio una luz de esperanza, aunque luego de más 30 años de esa hermosa Encíclica de SS Juan Pablo II, quizás algo más se pueda hacer, tal como se ha planteado en varios Sínodos.
El acceso a los Sacramentos es pan de vida y bebida de salvación y aunque cueste creerlo, son muchos los famélicos que verían con sumo agrado que de una manera concreta se los tuviera en cuenta y para eso contamos con Usted, con su comprensión, con su cordialidad, con su buen hacer y recordando a San Mateo (7.7) resuena en los oídos, en el cerebro y en los corazones aquello de:”Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá” y esto renueva la ilusión y esperanza, esa segunda virtud teologal que algunas veces el ajetreo de lo cotidiano nos hace olvidar.
La Comunión Espiritual es reconfortante, es un paliativo hermoso, es un acto de cercanía que hace vibrar el cerebro y que acelera las pulsaciones, pero convengamos que no es lo mismo ni mucho menos y de eso pueden dar testimonio elocuente quienes a lo largo de los años se quedan de rodillas en los reclinatorios, con rostros compungidos y dolor en el corazón.
Sabemos que el camino será largo, que los obstáculos se multiplicarán a cada paso, que entre las urgencias de unos y la laxitud de otros algunas cosas se podrán complicar, pero también sabemos que si bien no hay rosas sin espinas, quizás algún día podamos decir que no hay espinas sin rosas.
Me despido con la inconmensurable convicción que: Cristo, cuenta contigo y nosotros con su Gracia.
Dios guarde a Su Santidad
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