Para entender este post es necesario ver primero PRESENTAMOS UNA SERIE ESPECIAL DE POSTS y los 4 siguientes ya que constituyen una respuesta a lo que ahí, en conjunto se plantea, de no ser así su comprensión será casi imposible.
Obviamente con vuestros comentarios el debate será enriquecido y hasta quizás podamos encontrar la luz al final del túnel o al menos coincidir en algunos aspectos, eso ya sería suficiente.
Así reflexionaba Graciela desde la Cuidad de Buenos Aires (ARG) y creemos muy interesante darle este formato y compartirlo con todos.
Estimado Gustavo:
Tus cuestionamientos son muy valiosos.
Y es verdad que en muchos casos, la sugerencia, de parte de sacerdotes, de iniciar un pedido de "Nulidad Matrimonial en los Tribunales Eclesiásticos" parece más bien una solución un tanto hipócrita.
Por eso, recientemente el Papa Benedicto XVI advirtió a los responsables de las sentencias que no aplicaran criterios tan livianos con quienes presentaban estas demandas, aduciendo "inmadurez psicológica", o causas por el estilo, a fin de dejar sin efecto matrimonios que fueron "ratos y consumados".
Porque lo que no sería "maduro" justamente sería tirar por la borda años de vida en común y nuestros actos de responsabilidad que, bien o mal, se han vivido con el cónyuge libremente elegido, amparándonos en un pseudo infantilismo.
Por lo tanto, la nulidad matrimonial sólo podría ser aceptada en casos muy contados, por lo que la solución para las personas que viven como problemático su estado de divorciados y vueltos a casar en la Iglesia debería pasar por otros carriles.
Por otro lado, no es justo ni lícito tratar a todos los divorciados como "pecadores".
Recordemos que el Catecismo afirma textualmente dos cosas importantes:
1) Si el divorcio civil representa la única manera posible de asegurar ciertos derechos legítimos, el cuidado de los hijos o la defensa del patrimonio, puede ser tolerado sin constituir falta moral (2383).
Habría que ver cuáles podrían ser esos "derechos legítimos".
Esta afirmación deja una gran puerta abierta para incluir todo tipo de situaciones.
2) Puede ocurrir que uno de los cónyuges sea la víctima inocente del divorcio dictado en conformidad con la ley civil; entonces no contradice el precepto moral.
Existe una diferencia considerable entre el cónyuge que se ha esforzado con sinceridad por ser fiel al Sacramento del Matrimonio y se ve injustamente abandonado y el que, por una falta grave de su parte, destruye un matrimonio canónicamente válido (2386).
Como verás, está claro que no en todos los casos "ser divorciado" es sinónimo de "ser pecador".
El hecho de vivir una nueva vida afectiva y por lo tanto, una vida "sexual", que es lo normal entre un hombre y una mujer que se aman, sólo puede considerarse "pecaminoso" en la mentalidad de quien sigue sosteniendo un concepto negativo de la sexualidad, basándose en una antropología cristiana "dualista" (hoy totalmente dejada de lado por la teología seria) donde "pecado" era igual a "sexo", incluso ¡dentro del matrimonio!
En cuanto a tus dudas con respecto a la utilización que ha hecho la pastoral de la Iglesia de algunas citas bíblicas, es verdad que durante siglos se han realizado lecturas "fundamentalistas" de los textos y así nos fuimos alejando del Espíritu del Evangelio.
Ello se realizó con fines ideológicos y de manipulación de las conciencias, de los que la Historia de la Iglesia nos da tristemente cuenta.
Hoy persiste esa utilización de los textos en algunas mentes y formas de enseñar.
Por eso hay que estar alerta con ciertas expresiones.
Espero te hayan servido mis humildes reflexiones.
Te deseo mucha paz y alegría,
Graciela
Obviamente con vuestros comentarios el debate será enriquecido y hasta quizás podamos encontrar la luz al final del túnel o al menos coincidir en algunos aspectos, eso ya sería suficiente.
Así reflexionaba Graciela desde la Cuidad de Buenos Aires (ARG) y creemos muy interesante darle este formato y compartirlo con todos.
Estimado Gustavo:
Tus cuestionamientos son muy valiosos.
Y es verdad que en muchos casos, la sugerencia, de parte de sacerdotes, de iniciar un pedido de "Nulidad Matrimonial en los Tribunales Eclesiásticos" parece más bien una solución un tanto hipócrita.
Por eso, recientemente el Papa Benedicto XVI advirtió a los responsables de las sentencias que no aplicaran criterios tan livianos con quienes presentaban estas demandas, aduciendo "inmadurez psicológica", o causas por el estilo, a fin de dejar sin efecto matrimonios que fueron "ratos y consumados".
Porque lo que no sería "maduro" justamente sería tirar por la borda años de vida en común y nuestros actos de responsabilidad que, bien o mal, se han vivido con el cónyuge libremente elegido, amparándonos en un pseudo infantilismo.
Por lo tanto, la nulidad matrimonial sólo podría ser aceptada en casos muy contados, por lo que la solución para las personas que viven como problemático su estado de divorciados y vueltos a casar en la Iglesia debería pasar por otros carriles.
Por otro lado, no es justo ni lícito tratar a todos los divorciados como "pecadores".
Recordemos que el Catecismo afirma textualmente dos cosas importantes:
1) Si el divorcio civil representa la única manera posible de asegurar ciertos derechos legítimos, el cuidado de los hijos o la defensa del patrimonio, puede ser tolerado sin constituir falta moral (2383).
Habría que ver cuáles podrían ser esos "derechos legítimos".
Esta afirmación deja una gran puerta abierta para incluir todo tipo de situaciones.
2) Puede ocurrir que uno de los cónyuges sea la víctima inocente del divorcio dictado en conformidad con la ley civil; entonces no contradice el precepto moral.
Existe una diferencia considerable entre el cónyuge que se ha esforzado con sinceridad por ser fiel al Sacramento del Matrimonio y se ve injustamente abandonado y el que, por una falta grave de su parte, destruye un matrimonio canónicamente válido (2386).
Como verás, está claro que no en todos los casos "ser divorciado" es sinónimo de "ser pecador".
El hecho de vivir una nueva vida afectiva y por lo tanto, una vida "sexual", que es lo normal entre un hombre y una mujer que se aman, sólo puede considerarse "pecaminoso" en la mentalidad de quien sigue sosteniendo un concepto negativo de la sexualidad, basándose en una antropología cristiana "dualista" (hoy totalmente dejada de lado por la teología seria) donde "pecado" era igual a "sexo", incluso ¡dentro del matrimonio!
En cuanto a tus dudas con respecto a la utilización que ha hecho la pastoral de la Iglesia de algunas citas bíblicas, es verdad que durante siglos se han realizado lecturas "fundamentalistas" de los textos y así nos fuimos alejando del Espíritu del Evangelio.
Ello se realizó con fines ideológicos y de manipulación de las conciencias, de los que la Historia de la Iglesia nos da tristemente cuenta.
Hoy persiste esa utilización de los textos en algunas mentes y formas de enseñar.
Por eso hay que estar alerta con ciertas expresiones.
Espero te hayan servido mis humildes reflexiones.
Te deseo mucha paz y alegría,
Graciela
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